Una vez más el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se vuelve a poner en polémica debido a sus declaraciones, esta vez contradictorias: el pasado domingo declaró que apoya a los matrimonios igualitarios si “es la tendencia moderna”, aunque a principios del 2017 mencionó que estaba en contra de la unión legal entre personas del mismo sexo.
Aún no comprendemos qué fue lo que pasó para que cambiara de postura, pero el domingo el político invitó a la comunidad LGTB+ a elegir a un candidato para encabezar una comisión que los represente. Duterte también comentó que “no tiene ningún problema con que un hombre se case con un hombre. Y para eso tendremos que cambiar la ley”.
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El jefe de estado indicó además que está totalmente en contra de la discriminación sexual, y que tiene dos cuñados gays, así que tampoco tiene problema con que dentro del Gabinete se incluya a ministros homosexuales. Sin embargo el año pasado hizo un comentario homófobo hacia el embajador estadounidense Philip Goldberg diciendo: “Tuve una discusión con el embajador gay, el hijo de puta me hizo enfadar.”
Por si fuera poco, Duterte bromeó diciendo que se había planteado hacerse bisexual para “disfrutar de ambas maneras, pero eso no sucedió”. A pesar de todo, Filipinas sigue siendo uno de los países que más acepta la homosexualidad en Asia.
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Sea como sea, Duterte sugirió que va a impulsar la legislación para que el matrimonio igualitario se haga realidad ante la ley. Por lo pronto sólo nos queda darle el beneficio de la duda, y esperar así que Filipinas se una a la lista de países donde es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo.