Taylor Swift I Can Do It With A Broken Heart
Taylor Swift I Can Do It With A Broken Heart, un himno.
Último capítulo de la serie de cinco cuentos. Nada de lo aquí escrito es realidad, solo quise probar este formato y me gustó. Gracias a quienes lo leyeron, especialmente a mis #Garime, curitas y perrísimxs.
El amor y la amistad necesitan muchas señales. Señales claras. No podemos ir por la vida sin corresponder con —insisto—señales que nos den certidembre.
Aunque esas señales muchísimas veces no son lo que esperamos. Pero con claridad siempre se agradecerán y valorarán. Aunque hay muchas no señales que también dicen mucho.
El viaje incluye a Taylor Swift I Can Do It With A Broken Heart
Tras el recorrido en una SUV que rentamos desde Portland para viajar por casi todo California y llegar finalmente a San Diego, ese sitio tan chulo que aguarda unas olas donde el temor no existe ni debiera existir. No para mí.
Decenas de grupos de surfistas se reúnen allí para: ser amigos, hablar del mar y coger o intentar coger las mejores olas.
Nada como el mar y su inmensidad. Estar dentro de una ola, vivirla, sentirla, saber que esa será la buena, pero son instantes, milésimas de segundos para decidir si la tomo o me vuelca, me arrastra. Como la vida misma.
Por eso me gusta tanto el surf. Es una analogía de la vida. Tomar la mejor ola o dejarla pasar. Si la dejas pasar casi nunca vuelve. Es irrecuperable muchas veces lo que perdemos. Las olas son ese claro ejemplo: se van y esa misma ola no volverá jamás.
¡Las Garime para siempre! Son un todo.
El mar de San Diego
También el mar es tan como el amor: inexplicable e irracional pero —casi—siempre inmenso, descomunal, impaciente, inquieto, vociferante, alegre, místico.
El mar y el amor romántico los amo, pero me inquietan mucho.
A lo lejos te veo, un tanto deslumbrada por el sol pero también por la exquisitez del momento. Hay pocos escenarios en el mundo como el mar. Es más, quizá no exista otro siquiera cercano.
Al menos que alguien lo cree haciéndolo arte, con sus manos, con sus sentimientos, técnica, pasión y anhelo. Como tú.
Karime Pindter la mujer del año.
Taylor Swift I Can Do It With A Broken Heart
El rush de haber visto dos noches a Tay, de haberla escuchado interpretar maravillosamente, sí, sólo Taylor Swift I Can Do It With A Broken Heart.
Es de esas piezas —un tanto—irracionales. No es que una canción necesite de contextos, porque no estaré yo en este mundo para enseñarle qué necesita una canción a la diosa Taylor Swift. Pero.
Taylor Swift I Can Do It With A Broken Heart es como es himno donde sabes que —quizá—ya no habrá marcha atrás, todo se jodió tanto. Pero ella lo expresa con una letra, armonías, una irrepetible lírica y dice:
‘Cause I’m a real tough kid, I can handle my shit
They said, “Babe, you gotta fake it till you make it” and I did
Lights, camera, bitch smile, in stilettos for miles
He said he’d love me for all time
But that time was quite short
Breaking down, I hit the floor
All the pieces of me shattered as the crowd was chanting “More”
I was grinning like I’m winning, I was hitting my marks
‘Cause I can do it with a broken heart (one, two, three)
Hablemos de responsabilidad afectiva y sus porqués.
Las olas
Las olas, el mar, mi rumbo. Allí me perdería y me quedaría.
No hay finales felices ni infelices sólo finales.
La artista debió tomar su rumbo, comenzar una nueva vida en Portland, comenzar su momento creativo en santa paz pero sola.
El surfista se perdió entre las olas de mar. Amando muchísimo cada segundo de su vida. Amando el amor y esperando que aquellos ojos color café que sí pudo mirar, esos labios color grana y esa piel tan blanca pero intolerante al frío, al menos lo recordarán siempre con una sonrisa.
The end.
Gracias a todas las personas que me leyeron en esta versión de 5 cuentos, de ‘El amor en tiempos de Taylor Swift’:
Cap 1: New Romantics lo puedes leer aquí.
Capítulo 2: Enchanted léelo aquí.
El número 3: Story of us, da clic aquí.
Cap 4: Long Live, aquí lo puedes leer.
Nada de lo aquí escrito es de la vida real. No está demás recordarlo y aclararlo.