El agua es uno de los bienes naturales esenciales para la supervivencia del ser humano. El cambio climático y los desastres medioambientales ha situado a la Humanidad en una situación límite en referencia al uso que se realiza de este recurso hídrico. En algunos países, se han establecido restricciones y tanto los ciudadanos como la Administración afrontan el reto de optimizar el consumo. Tanto a nivel particular como en el apartado colectivo, hay acciones que ayudan a mejorar un escenario que empieza a ser insostenible. Las medidas de ahorro y optimización son muy variadas
e incumben a todos. La organización del riego, los hábitos de consumo diario y la instalación de herramientas como una bomba de presión de agua son acciones y herramientas que ayudan notablemente a cumplir con este objetivo.
El empleo que el ciudadano, en su casa, realiza del agua es un factor fundamental para conseguir un consumo adecuado y sostenible. Una ducha de cinco minutos supone el gasto de unos cien litros de agua. Es una cantidad alta, si bien inferior a la que se necesita en un baño. Por lo tanto, ducharse es mejor que bañarse. El uso que se realiza de determinados electrodomésticos del hogar es otro punto clave para ahorrar. El inodoro no es una papelera, por lo que nunca se deben tirar aquí papeles u otros objetos. Cuando tiramos de la cadena podemos gastar hasta diez litros de agua. Con este dato, resulta una evidencia que el uso del inodoro debe reducirse a los casos imprescindibles.
El lavavajillas es otra de las herramientas que completa la mayoría del consumo de este recurso en el hogar. Pese a que la tecnología ha avanzado y ofrece soluciones óptimas con poco líquido, el usuario tiene margen de acción para conseguir una optimización de los recursos hídricos. Solo hay que poner el lavavajillas cuando éste se encuentra lleno, es decir, cuando está a plena carga. Esta condición debe aplicarse también a la lavadora. Con un uso responsable de ambos electrodomésticos, una vivienda puede ahorrar hasta doscientos litros de agua mensuales.
Bomba de agua
La instalación de un sistema de gestión del agua en una vivienda o un edificio, como es el caso de una bomba de presión, es otra acción que supone una aportación notable para ahorrar en el consumo de este recurso. Una bomba de presión tiene varias funciones como repartir el agua a través de un circuito hidráulico doméstico, gestionar el riego o aprovechar el agua que ha caído de la lluvia. Su sistema automático permite obtener la máxima cantidad de agua y repartirla de una forma óptima, de manera que se aprovechan las máximas posibilidades de la extracción.
Este sistema tiene la capacidad para proveer agua, de forma eficiente, a un edificio completo. La alta tecnología en este sector ha permitido el máximo rendimiento, de manera que la cantidad de agua que se pierde durante el proceso es mínima. Sirve, además, para extraer de un pozo con la máxima optimización. Se ha convertido en una de las acciones más eficaces para optimizar el uso del agua.