No hace falta ser ningún genio con gafas de pasta para predecir que ‘Sweet nothing’ va a reventar las pistas de baile a lo largo de los próximos meses. Y es que la combinación entre Calvin Harris y Florence Welch es como el arroz con leche de coco; se combina el dulce y el salado en el paladar y la combinación final resulta un placer para los sentidos.
Uno de los mayores meritos del productor británico es el de mostrarnos toda la androginia de Florence que por fin ha dejado su túnica de papisa para dejar paso a una sexualidad agresiva y latente. El tema tiene la marca ‘made in Harris’; sonidos electrónicos puros, sintetizadores divertidos y los graves llevando el ritmo del hit…mención a parte se merece Florence; consigue que su voz se adapte a la perfección a las revoluciones del sonido electrónico y su fuerza consigue cuadrar una canción redonda.