Mina- Antología

La cantante aprovechó el momento para crear su propio sello discográfico, con el que sigue trabajando. Pese a su éxito profesional, fracasó en el amor en varias ocasiones. Cansada de la fama y de los focos, a finales de los 70 trasladó su residencia a Suiza, donde vive en el más completo anonimato.

Sus últimas apariciones públicas fueron con su videoclip ‘Ancora, Ancora’ y con su gira ‘Mina Live 78’ con la que se despidió del gran público, que no de la música. Desde entonces, la ‘Tigresa de Cremona’ vive en Lugano con sus hijos y con Eugenio Quani, con quien se casó en 2006 en segundas nupcias tras casi treinta años de relación. Los mismos que hace desde que se retiró. Desde entonces sólo se han registrado unas imágenes en su estudio de grabación en 2001. Con gafas enormes y con su característica trenza sigue editando discos, uno por año, siendo una de las cantantes con una producción más fructífera. Una hormiga reina muy trabajadora que, de motu proprio, quizá nunca logre salir del hormiguero.

Con más de mil canciones publicadas y habiendo vendido millones y millones de discos en todo el mundo, Mina sigue igual de ilusionada con su trabajo. A los 70 años recién cumplidos, la cantante publicará en Mayo su nuevo disco, en el que seguro que nos vuelve a sorprender.

Parece que su nuevo proyecto no incluirá temas en castellano, un idioma que le gusta y mucho. En 2007 publicó ‘Todavía’, disco de duetos integramente en nuestra lengua. No es la primera inmersión en español, ya que la artísta del célebre ‘Un año de amor’ o ‘Parole, Parole’ ha colaborado con grandes de nuestra música como Bosé, el Cigala o Joan Manuel Serrat, habiéndose atrevido incluso hasta a versionar el ‘Concierto de Aranjuez’ de Joaquín Rodrigo. Una también atrevida Mónica Naranjo versionó los grandes éxitos de la ‘Tigresa’ en ‘Minage’, siendo el himno gay ‘Sobreviviré’ una actualización del clásico ‘Fiume Azurro’.

A lo largo de su intensa carrera, Mina ha tocado todos los palos: el folclore popular, la balada, canciones rock, la samba, la salsa y se ha atrevido hasta con el tango. La lengua tampoco ha sido un obstáculo para ella, ya que, además del italiano y del español, ha cantado en francés, en portugués y hasta en japonés. Pero su inquietud le ha llevado aún más lejos y en la actualidad compagina su faceta músico-familiar con la de columnista de diarios como ‘La Stampa’ y la revista ‘Vanity Fair’.

Mujer todoterreno, por méritos propios Mina se ha convertido en un referente para todas las mujeres de su generación. Icono del feminismo italiano y de los homosexuales de su país, la mujer, Anna, ha dejado paso al mito, Mina, con tan sólo setenta años y con toda una vida por delante. Aún le quedan fuerzas y muchas ganas de seguir dando guerra. Por ello, estaremos pendientes de su nuevo álbum en el que seguro que sus enigmáticos ojos vuelven a protagonizar la portada. Una mirada a través de la cual hemos recorrido su intensa trayectoria.

Llegados a este punto, y con algo de retraso, sólo nos queda soplar las velas y desearle todo lo mejor.

Pero poco les duró el enfado. En 1974, los italianos la echaban tanto de menos que no dudaron en perdonarle y le ofrecieron presentar grandes shows televisivos a lo ‘Galas del Sábado Noche’. De este modo, Mina se convirtió en la Laurita Valenzuela italiana, con la gran salvedad de que ella también cantaba, bailaba e interpretaba en los programas ‘Studio Uno’, ‘Sabato Sera’ y ‘Canzonissima’.

Todos ellos nos dejaron sketches y duetos para el recuerdo, compartiendo escenario con grandes de la canción italiana e internacional como Adriano Cellentano o Rita Pavone. Su último gran Show, no sólo para ella sino también para la televisión italiana, fue ‘Milleluci’ en el que compartía escenario con una jovencísima Raffaella Carrá. Ambas, por diferentes motivos, estaban predestinadas a convertirse en los dos iconos gays más importantes de Italia.

En esos años Mina sólo tuvo una cantante que le hizo sombra, Milva, pero pronto logró desmarcarse. Su despegue internacional a principios de los 60 la llevaron de gira por Japón, Latinoamérica, Francia y España, donde tuvo muy buena acogida.

Al finalizar su gira, su vida privada protagonizó un escándalo indigno de la cuna del catolicismo. Muy valientemente, Mina convocó una rueda de prensa en la que anunció que estaba embarazada de un hombre casado. Los periódicos de la Italia más conservadora arremetieron contra ella, tildándola públicamente de pecadora. La televisión pública, RAI, también le dio la espalda durante más de un año.

Nacida en 1940, la vocación musical le llegó en la adolescencia. Pese a que su abuela era cantante, su infancia estuvo marcada por la natación, en la que nunca despuntó. Mala estudiante, su despertar sonoro llegó a finales de la década de los 50, cuando empezó a escuchar voces americanas como Frank Sinatra, que le introdujeron en un mundo hasta entonces desconocido para ella.

Casi al borde de la mayoría de edad se apuntó a clases de música y un año más tarde ya estaba flirteando con uno de los grupos más conocidos de su región: los ‘Happy Boys’. Su padre le impidió marcharse de gira con ellos, por lo que emprendió su carrera en solitario con un marcado aire ‘rockandrollero’ y ‘yeye’.

Su talento no tardó en llegar a las discográficas y a la televisión. Participó en dos ocasiones en el festival de San Remo y, pese no haber ganado nunca, el paso del tiempo le ha otorgado la victoria moral. Su derrota no impidió que empezara a sonar en todas las radios del país y a participar en programas como ‘Canzonissima’.

En menos de un año, la antigua Baby Gate, que fue su primer nombre artístico, se convirtió en Mina, el personaje más perseguido, fotografiado y demandado por los medios de comunicación. Canciones como ‘Il cielo in una Stanza’ coronaron las listas de ventas italianas y traspasaron las fronteras de su país, llegando a España y EEUU.

Aunque el nombre de Mina Anna Mazzini pasa desapercibido para el gran público, todos los aficionados a la música pop sabemos quién es Mina. Da igual que lleve más de treinta años sin aparecer públicamente. Sus seguidores no se olvidan de ella.

Enigmática, valiente y transgresora, su retiro voluntario le ha convertido en uno de los grandes iconos del pop del siglo XX. A ella no le ha hecho falta morir para ser trascendente.

Eligió vivir para no enfermar de éxito. Antepuso su familia a la fama; los hombres a la moral cristiana y la buena música a la comercialidad. Sobran los motivos para hacer un repaso a la prodigiosa carrera de ‘la Señora’, como se la conoce en Italia. Lo hacemos a través de sus ojos. Una mirada que no ha perdido un ápice de encanto y de misterio en sus setenta años de vida.

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