Kye Allums
Lo que sí ha quedado claro es que Kye no podrá someterse a ningún tratamiento hormonal hasta que no finalice su etapa universitaria, en 2012. Algo que no parece importarle mucho ya que según dice puede llegar a producir por sí sola más niveles de testosterona que muchos de sus compañeros del equipo masculino. Y eso, según él no afectará ni ayudará a su juego.
Mientras sus tratamientos hormonales tendrán que esperar un par de años, Kye Allums tiene previsto pasar por el quirófano para someterse a una operación de cambio de sexo el próximo verano.
Este caso, aunque con una naturaleza un poco distinta y con un final mucho más feliz, vuelve a traer a la mente lo ocurrido hace poco más de un año con la atleta sudafricana Caster Semenya y las justicias e injusticias que a veces provoca el deporte.
La constitución y la naturaleza de esta atleta, más fuerte que la del resto de sus competidoras más directas, hicieron pensar en ella como una mujer intersexual al hacerse con la medalla de oro en los 800 metros lisos en 2009 en un tiempo récord.
Este hecho provocó la polémica y obligó a Semenya a someterse a las pruebas pertinentes que avalasen que era una mujer y que la permitieran seguir compitiendo en la misma categoría que lo había hecho hasta ahora, a pesar de tener unas aptitudes más buenas que el resto de sus rivales.
Kye Allums es la sensación de la NCAA femenina, la Liga Universitaria de Estados Unidos. Y no sólo porque se maneje muy bien con la pelota dentro de la cancha de baloncesto, sino porque su caso ha dado la vuelta al mundo.
El cambio de dos vocales en su nombre ha supuesto un giro radical en la vida de Kye Allums que acaba de declarar públicamente su condición masculina, pasando a ser así el primer transexual o ‘integrante masculino’, tal y como lo han definido en su equipo, que juega en una liga universitaria estadounidense femenina, y más concretamente en el equipo de baloncesto ‘George Washington’.
Kye era conocido la temporada pasada como Kay-Kay, su nombre real desde la infancia. Sin embargo, poco antes de que diera comienzo la nueva temporada de baloncesto, Kye se decidió a cambiar a su nombre actual para dejar claro su identidad sexual masculina.
‘Un nombre es sólo un montón de letras pero las letras forman una palabra y las palabras que componen mi nombre tiene muchas emociones detrás de ella. Mi antiguo nombre no era el mío. Cuando eschucho Kye todo marcha bien’, comentaba el propio jugador, pocas horas antes de hacer su debut oficial como jugador de baloncesto y con el total apoyo de sus compañeras y de su entrenador.
El propio Kye ha afirmado que tomó esta decisión porque estaba cansado de que le considerasen una mujer ya que desde los doce años tuvo claro que era diferente al resto de las chicas de su edad. Y que dentro de él había un hombre que quería salir.
Según Kye, aunque siempre se ha sentido más cómodo vistiendo como un hombre, su madre siempre le obligaba a vestir como una chica. Por eso, todos los días metía en su mochila una sudadera y un pantalón de baloncesto y antes de llegar al colegio se ponía la ropa que de verdad le gustaba. A la salida de éste repetía la misma operación para volver a su casa tal como su madre le había vestido.
Su etapa del instituto se convirtió en toda una lucha para él por encontrarse a sí mismo. Y fue allí donde conoció a chicas con un estilo similar al suyo que eran lesbianas y que lo hicieron dudar de si su condición sexual también era ésa.
Pero no tardó mucho en reafirmarse como un hombre, algo que ganaría aún más fuerza durante su etapa universitaria cuando le contó a alguno de sus compañeros su sentimientos más masculinos.
A partir de ese momento, Kye corregiría a todo aquél que se refiriese a él con el género femenino. E incluso acabó haciendo lo mismo con su entrenador a pesar del miedo a un posible rechazo por su parte.
Además de sus compañeras de equipo y de su entrenador, tanto su familia como la universidad en la que estudia le han brindado todo su apoyo.
Incluso la propia NCAA no ha puesto ningún tipo de impedimiento para que Kye juegue en un equipo femenino ya que según sus normas, una mujer que quiere ser identificada como un hombre, pero no está bajo tratamiento hormonal o quirúrgico, puede competir en un equipo femenino sin problemas.