De todos los conciertos de 2012, destacamos sin duda el de The Cure. Tres horas inagotables en un paisaje poblado de público de lo más heterogéneo, desde los que sobrepasan la cuarentena -arrastrando su nostalgia- hasta muchachos de hormonas revolucionadas que no sabían muy bien que es lo que iban a ver, pasando por los fans incondicionales de toda la vida.
Por poner algún ‘pero’ se podría decir que a ratos el concierto parecía una suerte de montaña rusa anímica, con dudas entre bailar o cortarse las venas -con placer siempre-, pues a pesar de que el repertorio fue de lo mejorcito, el orden de las canciones no fue tan acertado.
Entre el público asistente sobrevolaron no pocas incógnitas(‘¿Lleva peluca Robert Smith? ¿Se ha estirado la cara?, la última vez lo vi más viejo’
El dúo sueco Kings of Convenience nos ofreció uno de los momentos más entusiastas del festival. Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe se lo pasaron tan bien sobre el escenario San Miguel que consiguieron traspasar esa emoción a todo el público asistente.
A pesar de llevar varios años sin publicar un álbum nuevo, miles de personas llenaban el aforo del escenario. Y no defraudaron, empezaron con un acústico íntimo y preciosista; y a medio concierto se les unió su banda, desarrollando un concierto de lo más ‘festivalero’ con temas como el coreado ‘I don’t know what I can save you from’ que nos hicieron disfrutar de lo lindo
Con todo el pesar de los fans ‘de antaño’, una de las decepciones de esta edición. Una banda con sobrada experiencia, temazos en la mayoría de sus producciones y una gran cantidad de acólitos debería haber ofrecido una puesta en escena y un sonido más espectacules.
Su directo parecía más hecho a propósito para Eurovisión que para un festival con el espíritu del PS. Sarah Cracknell, sosita y poco sobrada de voz, no estuvo a la altura como sustituta en el cartel de la triste cancelación de Björk
Hay que ver cómo nos gusta este prodigio de hombre… Une el talento musical con una sensibilidad nada fingida, no se puede tener más encanto. Y lo demuestra una y otra vez en sus directos…
En esta ocasión, Rufus y su virtuosa banda nos deleitó con melodías pop en estado puro. Gran parte de su repertorio pertenecía a su último albúm ‘Out of the Game’, aunque no faltaron hitazos como ‘The One You Love’, ‘Going to a Town’ o ‘Barbara’.
Uno de los momentos más emocionantes de la actuación suicedió cuando Krystle Warren, una de las coristas, interpretó como solista ‘I Don’t Know’, un tema de la madre de Rufus, a modo de homenaje
Afortunadamente en esta ocasión no tuvimos que sufrir las interminables colas de espera para entrar en el Auditorí. No obstante, pudimos ver a esta veterana artista algo apurada por controlar los tiempos que le marcó la organización, ya que miró reprtidamente su reloj en varias ocasiones durante su actuación.
Su reconocible voz grave, poco a poco se fue haciendo con el enorme recinto; y hacia el final, mientras sonaban los primeros acordes de ‘As tears go by’ todo el público se puso en pie, aplaudiendo a la que un día fuera musa del swinging London y compañera de correrías de los Rolling Stones
Mientras otros años lo étnico ha venido a través de las últimas tendencias de influencia africana de la mano de grupos como Yeasayer o Animal Collective, este 2012 el cartel contaba con bandas propiamente originarias de ese contiente.
Bombino, el llamado Hendrix del Sahara, nos introdujo en el originario sonido ‘trance’ logrado a través de repetitivos riffs de guitarra. Por su parte, Afrocubism, con doce músicos en el escenario, nos sirvió un cóctel de África y Cuba al 50%, consiguiendo una heterodoxa pista de baile
Ha pasado mucho tiempo desde que asistimos a la puesta de largo de Franz Ferdinand en el Primavera del 2004. Gracias a sus tres enormes discos con incontestables hits como ‘Jacqueline’, ‘Take me out’ o ‘Can’t Stop Feeling’ y a los múltiples conciertos que llevan a sus espaldas, consiguieron minimizar la precaria voz de Alex Kapranos en esta actuación.
El momento cumbre de la noche llegó con su personal homenaje a Donna Summer, en el que tocaron una versión de ‘I feel love’ que bailó y coreó absolutamente toda la audiencia.
El francés Dominique A, arropado con un espectacular quinteto de cuerda, sudó lírica y savoir-faire, provocando un masivo rendimento del público a sus pies.
The Rapture, más funk y menos punk que en otras ocasiones, aunque acompañados de su inseparable cencerro, hicieron que desgastáramos un buen número de suelas en el escenario San Miguel.
Por otro lado, las preciosas melodías envueltas en las características trompetas de Beirut, -el propio Zach Condon lucía una tatuada en su antebrazo- a ratos resultaron excesivas, pero otras veces consiguieron otorgar una pátina multicolor a las canciones de la banda.
Aunque ambos eran dos platos fuertes electrónicos de esta edición, en esencia nada tenían que ver uno con otro.
Mientras que M83 nos trasladó a un espacio ideal donde todo era buen rollo, baile y melodías que sintetizan los 80 con salpicaduras étnicas -que a mí se me siguen antojando un poco Elton John en ‘El Rey León’-, Justice supuso el perfecto fin de fiesta con un concierto super potente, efectista y eufórico. Su remezcla del famoso ‘D.A.N.C.E.’ nos dejó sin aliento.
Completamente agotados, dejamos para los más bailones a LFO y Scuba, que anunciaron a ritmo de dubstep el final del San Miguel Primavera Sound 2012