‘Vooyeur’: Un erótico viaje hacia una pansexualidad sin límites

En Sep 11, 2015

Demasiado tiempo sin vernos y demasiado poco tiempo previo para que comience la obra. Resulta paradójico, pero cuando hay confianza sucede lo mismo que cuando finaliza el amor, no hacen falta palabras… Así que cruzamos una mirada de esas que dicen: ”sé lo que estás pensando porqué yo estoy pensando exáctamente lo mismo” y montamos un plan de urgencia para conseguir avituallamiento en menos tiempo de lo que se tarda en hacer un encaje en Bangkok.

La segunda temporada de ‘Vooyeur’ aterriza en el Teatro Infanta Isabel mostrando una nueva versión pero manteniendo el espíritu irreverente del original. La obra comienza a lubricar a los espectadores con la presentación de Lilith (Patricia Jordá) una maestra de ceremonias que pese a ser la primera mujer de la historia realmente recuerda a la hipersexualizada (o es hipersexual) diosa de ‘True Blood’.

Agarrados a la ardiente mano de Lilith los espectadores comenzamos un viaje sensorial que nos llevará a vivir diversas experiencias que enriquecen nuestras formas de enfocar la sexualidad.

La primera escena está protagonizada por Iban Malo y José Ygarza. Gracias a ellos nos sumergimos en una pasión homosexual establecida como un juego teatral. Ambos personajes establecen una partida de roles cambiantes que termina estimulando la sexualidad gracias a diversos juegos en los que la diversión, la sensualidad y la intelectualidad se confunden.

La segunda historia nos lleva hasta un cumpleaños familiar. Alda Lozano y Rodrigo Ramírez se encargan de darle una vuelta de tuerca sexual a los habitualmente conservadores eventos familiares y nos permiten colarnos en un armario a oscuras con ellos. Felaciones nerviosas, cunilingus hechos por amor…pasiones furtivas que nos ayudan a realizar un flashback sexual y retroceder a los estimulantes tiempos de la adolescencia.

Patricia Jordá e Iban Malo protagonizan la historia con mayor carga sexual de la noche. Ambos actores realizan un juego sexual a partir de la comida con el que conquistan los terrenos de la imaginación, de la creatividad y del hedonismo más granuja.

Alda Lozano, Rodrigo Ramírez y José Ygarza protagonizan la última y más cómica escena de la noche. Un trío que tiene sus más y sus menos y que demuestran eso de que el sexo compartido no es una cuestión fácil.

Como si llevasen algún tipo de lubricante, la escenas se mueven con extrema fluidez sobre el escenario del Teatro Infanta Isabel. Los actores están a buen nivel y se complementan a la perfección: extrema sensualidad por parte de Patricia Jordá, el talento cómico que recae en Alda Lozano y Rodrigo Ramírez, Iban Malo y su versatilidad y la brutal presencia de Jose Ygarza sobre el escenario.

La obra cumple su objetivo: superar conceptos añejos que reducen la sexualidad a la genitalidad y al coitocentrismo a través de un viaje cargado de erotismo. Un brindis al arte de hacer sexo, de la sexualidad como vehículo primario de comunicación y como catalizador de nuestro imaginario erótico.

De hecho, hacemos caso a la maestra de ceremonias y comenzamos a experimentar el mismo jueves noche…lo malo es que el sol ha terminado saliendo demasiado pronto.