‘Vino amargo’: una noche de flamenco y copla con sabor a melancolía

José Barrios, Teresa Vallejo, Paco del Pozo, Isaac Muñoz y Diego Villegas son los protagonistas de un espectáculo que trasciende las barreras de lo meramente musical para instalarse en el plácido lugar donde descansan nuestros recuerdos.

‘Vino amargo’ evoca el ambiente de los Cafés Cantantes de antaño donde se fusionaban el cante, el baile, la poesía, el humor y la crítica social…todo ello impregnado del siempre desgarrador sonido del flamenco.

Tras una breve introducción realizada por Teresa Vallejo, el espectáculo comienza de manera inmejorable: el cantaor Paco del Pozo (cuya actuación global de anoche solo se puede definir con una palabra: ARTE) interpreta la copla que da título a la función y que consiguió popularizar Rafael Farina en la década de los cincuenta…no puedo evitar sentir como se me eriza el vello y sufrir algún escalofrío de pura emoción y esto solo acaba de empezar.

El bailaor José Barrios toma el testigo de Paco del Pozo. La actuación del cordobés va claramente in crescendo. Durante los primeros compases, el bailaor parece estar encorsetado, como contenido. Nada más lejos de la realidad, Barrios comienza a crecer y crecer sobre el escenario para ofrecer un espectáculo que combina momentos delicados e íntimos con otros tan intensos como dolorosos.

Teresa Vallejo se encarga de poner el duende al show. La única mujer del espectáculo se convierte en un torbellino flamenco sobre el escenario. De este modo, Vallejo consigue seducirnos de todas las maneras posibles: recitándonos ‘Campos de Castilla’ de Antonio Machado, haciéndonos reír en los momentos más lúdicos de la noche y sumiéndonos en el sufrimiento en las partes más desgarradoras del espectáculo.

La copla y el flamenco son sonidos que salen del alma y que habitualmente nos sumergen en historias trágicas. Para rebajar la pena, y a modo de los entremeses del Teatro del Siglo de Oro español, a mitad del espectáculo los cinco artistas unen sus talentos para ofrecernos un oasis de divertimento gracias a una actuación que consigue tocar con la yema de los dedos la gracia, el descaro y la frescura de las chirigotas gaditanas.

Al contrario que en otros espectáculos cercanos al flamenco y la copla, en esta ocasión la guitarra no se convierte en el instrumento fetiche de la noche, sino que sirve como acompañante (de manera muy acertada, eso sí) del resto de instrumentos.

Ahí es donde entra la figura de Diego Villegas. El joven (1987) gaditano consigue unir sus dos pasiones (jazz y flamenco) en unos momentos musicales de los que consiguen elevar el espíritu. Primero con la flauta travesera y posteriormente con el clarinete y la armónica (parece increíble que de tales instrumentos consiga sacar el sonido flamenco), Villegas no para de sorprendernos con una actuación vehemente, fogosa, y que consigue conectar de manera atávica con el público congregado en el Teatro Infanta Isabel.

En definitiva, ‘Vino amargo’ es un espectáculo sencillo, vibrante y directo que interpreta una buena parte de la historia de nuestra música de manera íntima y novedosa y que consiguió llenar el teatro de pasión, tragedia, recuerdos y, como no podía ser de otra manera, de flamenco y copla. 

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