Estos aparatos -también conocidos como e-cigarettes, que queda más trendy– tienen forma aparente de bolígrafo y sirven para inhalar vapor con un sinfín de sabores distintos. Fue un farmacéutico chino el que los creó en 2003, tras la muerte por cáncer de pulmón de su padre. En tan solo una década, sus ventas han subido como la espuma, siendo un boom en España desde la entrada en vigor de la modificada Ley Antitabaco en 2011.
Desde entonces, la polémica ‘humea’ alrededor de este moderno cigarrillo. Ni legisladores ni expertos de toda la comunidad científica internacional se ponen de acuerdo sobre los verdaderos efectos del cigarrillo eléctrico, porque no existe ningún reglamento que controle su producción. Así como tampoco se conoce el alcance de lo perjudicial que podría llegar a ser para la salud pública en su conjunto.
Algunos países como Grecia, Australia, Brasil o Argentina optaron por prohibir su venta. Tampoco está permitido su uso en edificios públicos de Cataluña y Andalucía, pero las autoridades sanitarias españolas se encuentran a la espera de una normativa europea que llene esa laguna legal.
Pero ¿por qué se crea este debate justo ahora? ¿Es una mera coincidencia o es una estrategia comercial? ¿Es el e-cigarette realmente inocuo? En Chueca.com trataremos de resolver éstas y otras cuestiones.
¿Qué es un e-cigarette?
- Es un inhalador formado por una batería de litio, un atomizador para calentar el líquido, un vaporizador -recipiente- y una boquilla para aspirar.
- No todos contienen nicotina. Es más, la mayoría sirven para inhalar aromatizantes, como la clásica shisha o cachimba de toda la vida.
- No hay ninguna norma que exija anunciar la composición del líquido que se ‘vapea‘, pero en su mayoría es agua con aromatizantes, glicerol y propilenglicol.
¿Son realmente dañinos?
- Se desconocen los efectos de algunos de sus componentes si se exponen a altas temperaturas (el e-cigarette alcanza los 50-60º) y si se usan a largo plazo (más de diez años de uso constante). Parecían inocuos e inofensivos a simple vista, pero no lo son.
- Algunos estudios han publicado que pueden contener algunas sustancias cancerígenas como las nitrosaminas -compuesto químico que suele ocasionarse tras la combustión-, o los benzopirenos.
- Independientemente de crear adicción, el vapor que se inhala podría ocasionar -en algunos casos- irritaciones en el aparato respiratorio.
¿Sirven para dejar de fumar?
- Era uno de sus objetivos en el origen. Supuestamente algunos cigarrillos electrónicos contienen poca nicotina o nicotina vegetal, menos adictiva, lo cual propiciaba dejar de fumar progresivamente.
- Sin embargo, la Organización Mundial para la Salud (OMS) ha dado la voz de alarma. Puede que a algún fumador le haya servido este método para controlar su adicción, pero la OMS advierte que no existe ningún estudio concluyente que así lo ratifique.
- Este organismo de las Naciones Unidas (ONU) ya ha sugerido retirar los eslóganes que invoquen a tales afirmaciones, ya que no hay nada comprobado científicamente.
¿Por qué tienen tanto éxito?
- A la larga, tiene un precio bastante más económico que las cajetillas de tabaco tradicional. Un kit completo puede costar entre 20 o 50 euros, pero el líquido para recargarlo es bastante barato y se puede adquirir fácilmente. Por supuesto, la durabilidad es muchísimo mayor, por lo que sale rentable si no eres un fumador empedernido.
- Olvídate de la ceniza y del peligro de incendiar la casa. El cigarrillo electrónico solo suelta vapor, por lo que no deja mal olor ni quema como los cigarros de papel.
- En España, el cigarrillo electrónico se postuló como la excusa perfecta para eludir la Ley Antitabaco. Al ser un artículo novedoso, no está prohibido -de momento- por ninguna ley, a excepción de Cataluña y Andalucía, que cuentan con una norma autonómica propia. Por ahora se puede ”vapear’‘ en cualquier establecimiento del resto de país, sin importar si contiene o no nicotina y si afecta también a los que están al lado del ”vapeador’‘.
- Este boom ha hecho que a las empresas se les encienda la bombilla. Seguro que has visto alguna tienda que distribuya este tipo de productos, porque se han multiplicado por mil en estos últimos meses. Incluso Philip Morris, el gigante tabaquero, ha decidido lanzar su propio cigarrillo electrónico en el próximo año, aunque todavía no está confirmado que vaya a venderse en estancos tradicionales. No está prohibido, viene ‘pintado’ con una aureola saludable y es una máquina de hacer dinero. El e-cigarette es un negocio redondo… de momento.