Siguiendo el ejemplo de Cuba (cuya celebración estuvo encabezada por Mariela Castro) y de Brasil (que hasta la fecha ha celebrado la boda masiva de carácter LGTB más grande de la historia), Puerto Rico se ha lanzado a celebrar las múltiples formas del amor celebrando una multitudinaria boda a la que han asistido más de 60 parejas del mismo sexo.
El acto se ha llevado a cabo en uno de los lugares más míticos de la ciudad: en el Paseo La Princesa en el Viejo San Juan, frente a la sede de la Compañía de Turismo de Puerto Rico, agencia que lleva tiempo reclamando una verdadera implantación de las bodas del mismo sexo en la isla.
Las parejas se casaron ante líderes de distintas congregaciones religiosas que no se quisieron perder este evento histórico y se ofrecieron a oficiar los enlaces en el casco histórico de arquitectura colonial de San Juan.
El evento se celebró bajo un ambiente festivo. No hubo que lamentar ningún incidente que enturbiase una celebración que se producía por primera vez en la isla.
Toda una victoria de la diversidad. Así similares términos se expresaba Ada Conde, una de las abogadas que emitió una demanda federal en la que se solitaba que Puerto Rico se reconociese el matrimonio igualitario, una de las organizadoras de la boda masiva que quiso indicar que esta es: ”una celebración del triunfo del amor”.
Cuatro de las parejas buscaban renovar sus votos y entre los contrayentes hay parejas de diferentes lugares del globo: cubanos, chinos, venezolanos, dominicanos, haitianos y residentes en el estado de Hawaii.
”Esto es bastante importante. Estamos acompañados de personas que han vivido la invisibilidad y que jamás hubiesen imaginado un momento como este. Llevamos mucho tiempo esperando este tiempo”, declaraciones como las que ha realizado el mexicano Carlos Vergara la web puertorriqueña ‘El Nuevo Día’ eran la tónica habitual en la celebración de un evento que ha cambiado la historia de la comunidad LGTB de la isla boricua.