Director: Glenn Ficarra y John Requa.
Actores: Jim Carrey, Ewan McGregor, Leslie Mann y Rodrigo Santoro.
Calificación: 8 /10
¿De qué va?
‘Phillip Morris, te quiero’ es la historia real de Steven Russell (Jim Carrey), un policía católico y padre de familia que lleva una doble vida. Un accidente de tráfico le hace replantearse su mentira y decide salir del armario por todo lo alto, derrochando glamour y fastuosidad allá donde va. Para Steven es imposible llevar ese ritmo de vida con su sueldo de poli, por lo que no duda en pasarse al otro lado de la ley. Pronto se convierte en el rey del timo y de la estafa, que le hacen terminar en prisión. Allí conoce a un preso introvertido que atiende al nombre de Phillip Morris (Ewan McGregor) y del que se enamora perdidamente hasta que, a base de tretas, Steven consigue la libertad para ambos. A extramuros de la cárcel su amor perdura, pero también los vicios del expolicía que le llevan de nuevo entre rejas. Sin embargo, la pasión que siente por Phillip, llevan a Steven a escaparse hasta cuatro veces de chirona para disfrutar de una libertad tan incondicional como el sentimiento de estos dos reos del amor
¿Sabías qué…?
1. La película está basada en una historia real que también inspiró a la novela de Steve McVicker.
2. El guión y la dirección de la película pertenecen a Glenn Ficarra y John Requa, artífices de éxitos como ‘Bad Santa’ y ‘Como el perro y el gato’.
3. Estrenada en Sundance, la película está gafada desde el proyecto y se estrenó en Estados Unidos sin promoción alguna por su contenido homosexual.
4. Las escenas sexuales fueron rebajadas en el montaje, donde se intentó que la trama gay pasara a un segundo plano, como en la propia publicidad del film.
5. Jim Carrey ha confesado que tuvo que enfrentarse a sus propios prejuicios homófobos para interpretar a Steven Jay Russel.
Trailer de ‘Phillip Morris, ¡te quiero!’
Nuestra crítica
Pese a los excesos interpretativos a los que nos tiene acostumbrados Carrey, la película es una comedia más valiente y transgresora que las de los inicios de su carrera. Aunque vuelve a encarnar el rol de timador, la película nada tiene que ver con la taquillera ‘Mentiroso compulsivo’.
Los principales logros son la ausencia de excentricidades y la trama social que, por momentos, tiñen la comedia de drama. Basada en una historia real, ‘Phillip Morris, te quiero’ no deja de ser una crítica al sistema judicial americano y la sociedad de este país.
Una sociedad y una industria que han dificultado el estreno del film con continuas zancadillas desde que dos de los iconos del Hollywood actual se embarcaran en este proyecto. Ni los continuos retrasos, ni los recortes en el metraje han conseguido descafeinar esta historia sobre la libertad de amar.
Con o sin escenas sexuales, la película consigue lo que pretende: entretener y concienciar de que el amor está por encima de todo y que, si bien no consigue mover montañas, sí es capaz de romper las rejas y los muros que le aprisionan.
Lo mejor: La valentía de los actores y directores para capitanear este proyecto que les ha dado pocas satisfacciones profesionales pero sí muchas personales. Steven Russel puede estar satisfecho.
Lo peor: Una trama macabra que se produce casi al final, que es el punto de giro de la película. Para unos puede suponer la banalización de un problema que afecta a miles de homosexuales y para otros puede interpretarse como la ruptura de un tabú. Eso tendrá que decidirlo el público, al que también le trasladamos otra cuestión: ¿las interpretaciones y los perfiles de los personajes no feminizan en exceso a los homosexuales?
Momentazo: El desenlace del film, emotivo y amargo.
Vete a verla si: Estás dispuesto a llorar de emoción y no sólo de risa a lo largo de 95 minutos sin tregua, de ritmo ágil y de sentimientos encontrados.
Pedro M. Úbeda