‘La Cumbre’ entre enemigas íntimas para perpetuarse en el poder

Nave73, cuna del teatro independiente madrileño, se transforma en un cuadrilátero dialecto entre dos púgiles históricas, que argumentan, se rebatan, y se vuelven a contradecir para no llegar a ningún tipo de acuerdo en lo que parece un diálogo eterno, que dura casi dos horas sobre un frío y menguado escenario como podría alargarse toda la eternidad en la vida real.

Isabel Sánchez Tudor (Pepa Gracia) y María Fernández Estuardo (Noelia Benítez) combaten, con la sala de visitas de un psiquiátrico como telón de fondo, por la hegemonía profesional y personal de un mundo rabiosamente actual.

Sansegundo escribe y dirige una obra que hila científicamente -como si de un ensayo se tratase- el pasado de dos mujeres terribles y ambiciosas como Isabel I de Inglaterra y María I de Escocia con el presente de dos magnates feroces y dañinas.

Los dos personajes son verdaderamente intensos. Ambos luchan contra la hostilidad que les rodea. María Fernández Estuardo, perspicaz, adultera y mentirosa como la ‘María histórica’. Isabel Sánchez Tudor, autoritaria, frígida y enigmática como su yo del siglo XVI.

Un espectador activo

El texto de ‘La Cumbre’, una relectura de la obra ‘María Estuardo’ de Schiller, necesita de un espectador atento e inteligente; de lo contrario, la rapidez de los diálogos, la engorrosa trama y los omnipresentes guiños históricos invitan a que la atención se disipe.

Hecho el esfuerzo intelectual, uno asume que todas las parábolas entre las María e Isabel del pasado y del presente no están a su alcance, y que lo importante es el poso que, a borbotones, va dejando la función: cómo dos reinas de los negocios imponen la fiereza más irracional del ser humano.

Mientras María trata de escapar de su cautiverio, impuesto a la fuerza por Isabel, ésta intenta reconstruir una realidad que no le es grata y sobre la que su adversaria intenta influir desde el interior de su psiquiátrico-cárcel. Con el conflicto por controlar un Consejo de Dirección -y no un reinado-, las actrices suben el tono en la parte final de una representación que resulta tan colérica como desconcertante.

Con el fantasma de la manipulación y del engaño siempre presente, ambos personajes tantean sus posibilidades de triunfo final, dejado en un segundo plano la lucha empresarial y tomando relieve una pelea más íntima, animal y vil que pone sobre la mesa asuntos y pasiones muy personales. Nuevamente las dos biografías de los personajes históricos relucen, dando sentido al subtítulo de la obra: ”Las Conversaciones Secretas de María Fernández Estuardo e Isabel Sánchez Tudor”.

El montaje minimalista da todavía más preponderancia a la intención del director de enmarcar la obra de ‘María Estuardo’ en una época actual, con la intención de denunciar la capacidad de dañar que tiene el ser humano sobre un igual. Para ponerlo en escena es válido hasta cuestionar a historiadores: que dicen que María e Isabel nunca se encontraron cara a cara.

Ese morbo por ver cómo ambas interactúan puede restar importancia a la temática social denunciada: el poder que se hereda, las consecuencias sobre la sociedad de decisiones arbitrarias e interesadas, el tráfico de influencias, la fascinación del dinero… 

‘La Cumbre’

Texto y dirección: Fernando Sansegundo

Elenco: Noelia Benítez, Pepa Gracia

Iluminación: Michael Collis

Espacio escénico y vestuario: La Catorce

Realización/Escenografía: Juan Francisco Pozo

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