El Teatro La Abadía celebra este año su vigésimo aniversario luciendo un bagaje de 52 producciones propias, más de 300 compañías invitadas y sumando más de 80 actividades en el ámbito de la formación escénica.
Presumiendo del largo recorrido del teatro, su director y fundador José Luís Gómez ha presentado la temporada número veinte, una edición especialmente rica en propuestas nacionales e internacionales –que mantiene su vocación europea con el proyecto Cities on the stage y el aprecio especial por la palabra ‘castellana’ con los cervantinos ‘Entremeses’ y ‘Cómicos de la lengua’‘-.
Además de estos montajes, esta edición cuenta con ‘Hacia la alegría‘, otra producción propia de Olivier Py y cuatro coproducciones: la tres tragedias griegas ‘Antígona‘, ‘Medea‘ y ‘Edipo Rey‘ y el debut de Mario Gas con ‘Invernadero‘ de Harold Pinter.
El cartel sigue apostando por la creación contemporánea con la rumana ‘Solitaritate‘, ‘Con la claridad aumenta el frío‘ de Pep Tosar, ‘El principio de Arquímedes‘ de Mirò i Coromina, ‘Petit Pierre‘ con Adriana Ozores y ‘Mi gran obra‘ de David Espinosa.
¿Qué más nos espera?
En el nutrido cartel de la Abadía llama poderosamente la atención ‘Mi gran obra’ de David Espinosa, una puesta en escena más que original que prevé un reparto microscópico de 300 actores entre animales, músicos militares y coches.
El público podrá asistir al evento escénico con binoculares para no perder ningún detalle de este ‘microteatro’ -esta vez en la acepción de teatro de pequeña escala-. David Espinosa concentra sus esfuerzos en una obra que se replantea la idea de teatro como sinónimo de gran proyecto cultural para volver a un gesto mínimo como expresión autentica del mensaje teatral.
Por otra parte, ‘El principio de Arquímedes’ de Josep Maria Miró i Coromina es otra pieza que destaca tanto por la fama que ha conseguido a nivel mundial en muy poco tiempo como por la temática que trata: la proximidad de los cuerpos y la extrema vulnerabilidad a la que están sometido. Una presión que estalla fácilmente y cuyas consecuencias pueden ser terribles.
Miró i Coromina, que firma el texto y la dirección de esta singular propuesta, cuenta la historia de un monitor de natación que abraza y da un beso a un niño en la piscina. ¿Un simple gesto de ternura o algo más? A partir de ahí se levanta rápidamente una tormenta de suposiciones, malentendidos y desconfianzas que aturden al protagonista, a sus amigos e, incluso, al espectador.
Otro nombre que no podía faltar en la programación es el de Miguel del Arco, que así se pronuncia sobre su Antígona:
Apenas comienzo a arañar la superficie de Antígona. ¿O debería, tal vez, llamarse Creonte? Un interrogante más a añadir a los cientos que arroja el enfrentamiento entre ambos personajes. Ni Antígona ni Creonte pueden ceder sin falsear su ser esencial. Ambos tienen razón… Ambos creen tenerla. Los dos obcecados en sus respectivos discursos. Sordos en los extremos… Los demás, sobrecogidos, al comprobar cuán horriblemente fácil es que el ser humano quede reducido a menos de lo que es o transportado a más de lo que es, pues ambos movimientos son igualmente fatales para su identidad y su progreso”.
Esta adaptación del texto de Sófocles cuenta entre otros con la actuación de Carmen Machi y promete convertirse en una pieza irrenunciable gracias a la ya conocida dirección de Miguel Del Arco.
La Abadía contará también con la adaptación de ‘Petit Pierre’ de Carles Alfaro a partir del texto de la dramaturga canadiense Suzanne Lebeau. Una obra que narra la historia del francés Pierre Avezard, pastor desde los siete años e inventor de un carrusel mecánico, una maravilla poética que le ocupó prácticamente toda la vida.
Además de la obra que ve en el escenario a Adriana Ozores y a Jaume Policarpo, el teatro ha organizado el taller Objetos vivos. Un encuentro que tiene como objetivo el acercamiento al arte escénico y a la expresión artística a través de materiales físicos.
- Si te interesa, puedes consultar más información sobre la temporada 14/15 en la web del Teatro de La Abadía