Homofobia es el término que se ha destinado para describir el rechazo, miedo, prejuicio o discriminación hacia las mujeres y hombres que nos reconocemos como homosexuales.
Diversas estadísticas señalan que, en todo el mundo, cada dos días una persona homosexual es víctima de un crimen enmarcado en hechos de homofobia. Según Amnistía Internacional, más de 70 países persiguen a los homosexuales y 8 hasta los condenan a muerte.
Es necesario señalar que la homofobia no es precisamente una fobia, debido a las características que las diferencias. Mientras que en una fobia la emoción que la motiva es el miedo, la homofobia es motivada por el odio, que se manifiesta de forma moderada -repulsión, incomodidad psicológica frente a personas homosexuales- o severa -violencia verbal o física, llegando en algunos casos a la muerte-.
¿Por qué la homofobia no responde a su propia definición?
Una característica propia de las fobias es que la reacción de los individuos que las padecen, es huir de aquello que les causa miedo, así, alguien que padece vértigo tiende a no ponerse en situaciones de altura para evitar dicho temor; por el contrario, los homofóbicos buscan encuentros con personas homosexuales a fin de demostrarse a sí mismos que su postura es correcta, la forma en la que lo hacen es denigrando, humillando y agrediendo a todo aquel que reúna las características de un homosexual.
Los fóbicos tienden a esconder su trastorno, no les gusta hablar de ello aún si saben que pueden estar necesitando ayuda, al contrario, los homofóbicos quieren hacer público su pensamiento, lo consideran una batalla necesaria e intentan unirse a aquellos que piensen igual.
Por último, mientras que las personas que padecen fobias tienen plena conciencia de su trastorno y pueden hablar de él para comprenderlo, los homofóbicos no piensan que haya un problema con ellos, más bien que el problema lo tienen los homosexuales.
Una lacra de amplitud estructural
Pese a lo que muchos creen y a que intentan hacernos pensar que el mundo realmente está cambiando, la homofobia es parte de todas nuestras sociedades.
En Estados Unidos, miles de niños adolescentes se quitan la vida a causa del rechazo que sufren en la escuela por parte de sus compañeros tan sólo por mostrar una actitud considerada como poco varonil, otros tantos son golpeados y torturados de formas espantosos y en todo el mundo muchos adultos que han manifestado su homosexualidad también deben soportar violencia de todo tipo, hasta la muerte en muchos casos .
Pese a la labor que se realiza desde las asociaciones, los medios de comunicación, personajes públicos, organizaciones, etc, para promover la tolerancia, a día de hoy los homosexuales continuamos siendo víctimas de abusos y violencia por nuestra condición sexual en muchas partes del mundo.
Todavía en muchos países somos discriminados laboralmente, se nos prohíbe contraer matrimonio, lo que impide que llegado el caso podamos ejercer nuestros derechos como pareja consolidada, y del mismo modo, tampoco se nos permite adoptar niños.
Mientras se modifican estas visiones de la realidad, desde Imagina MÁS, la lucha por los derechos, por la justicia, no puede esperar infinitamente en nuestro deseo de alcanzar la igualdad para vivir desde la diversidad. Los homosexuales no nos diferenciamos como ciudadanos del resto de personas y reclamamos el mismo respeto y los mismos derechos que todos.
Luchamos por legitimar nuestra relación de pareja ante la ley, por nuestros derechos de igualdad y por erradicar cualquier manifestación de homofobia. En definitiva, luchamos, por ser ciudadanos libres.