‘Fairyland’: Las lecciones vitales de un padre diferente

Todos, absolutamente todos los viajes desde la infancia hasta la madurez son únicos e irrepetibles. Sin embargo, cuando uno nace en el San Francisco de las drogas, el amor libre y el activismo social, cuando uno crece sin madre –su progenitora murió en un accidente de tráfico cuando Alysia apenas tenía dos años- y cuando tu padre es un poeta bohemio, de aquellos a los que la vida les prendía el alma, esta singularidad se acentúa aún más.

La hija del poeta Steve Abbot ha plasmado este viaje iniciático en el libro ‘Fairyland: A memoir of my father’. Para Alysia Abbot, el proceso de escritura del mismo no ha resultado nada sencillo, pero finalmente ha servido de catarsis, de renacimiento, y –de algún modo- de recuperación y reconciliación con su pasado.

El germen de la novela surgió a partir de un hecho tan casual, y a la vez tan mágico, que consigue erizar el vello. Meses después de que su padre hubiera muerto debido al maldito sida, Alysia se encontraba dejando pasar una tarde acompañada por recuerdos, fotos en sepia y melancolía.

Un hallazgo y todo cambia. Entre papeles y notas leídas hasta la saciedad aparece una caja nueva que contiene los diarios y cartas escritas por el poeta en vida. Estos son la base del libro escrito por Alysia, en el que repasa su insólita educación y, por extensión, nos dibuja un certero retrato de la Norteamérica de los sueños y los fracasos.

Drag queens y LSD

La vida sacudió a Alysia a una edad demasiado temprana. El activismo político había unido la vida de sus padres: Barbara –una feminista radical- y Steve -un poeta gay y gran activista de los movimientos sociales que surgían en la época-.

Pero después del activismo, apareció el amor, el cariño, el respeto y la admiración mutua. Steve nunca ocultó su sexualidad -de hecho su amante también asistió al nacimiento de Alysia- y Barbara la aceptó en un pacto marcado a fuego por el amor. 

Alysia es apenas un bebé y no puede darse cuenta de que todo a su alrededor se trunca. Un accidente de tráfico acaba con la vida de su madre y su padre se refugia en una espiral de constante experimentación de drogas y sexo.

Los recuerdos de su infancia se impregnan de la laca de las drag queens con las que su padre y ella comparten habitaciones, pero también de hechos históricos, puesto que Steve la llevaba a hombros en las primeras marchas LGTB que asumieron el relevo de Stonewall, entrevistas con poetas de la generación beat y recitales poéticos en lugares tan emblemáticos como la Cloud House.

El sacrificio

La poesía underground no se concibe en términos económicos. Steve Abbott no podía imaginarse vivir otra vida que la suya; sin embargo, sabía que ese estilo vital disidente estaba condenado al fracaso económico.

Por ello, la parte del libro dedicada a narrar su adolescencia es un canto a la abnegación, un homenaje al sacrificio de un padre que a pesar de sufrir durante toda su vida el síndrome del bolsillo vacío, consiguió hacer malabarismos económicos para poder mandar a su hija a estudiar primero a Nueva York y posteriormente a Francia.

En la actualidad, la vida de Alysia es mucho más tranquila. Casada y con hijos, su imagen es diametralmente opuesta de la que proyectaba su padre, y sin embargo, es así por la educación y el amor paterno que ha recibido.

‘Fairyland: A memoir of my father’ nos permite descubrir una infancia insólita. Pero sobre todo es un canto a la diversidad, a la pasión por vivir y una carta de amor hacia la figura de un padre diferente.

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