‘La vida del otro’ reflexiona sobre el uso del cuerpo como soporte laboral por tres colectivos profesionales: como objeto de deseo intangible, en el caso de los stripper o actores porno, o bien en aquellos que son subordinables a través de una contraprestación económica, en el caso de los chaperos.
El título de la serie hace referencia al juego de identidades y ficciones llevadas a cabo por estos trabajadores para proteger su intimidad.
Una suerte de alter egos o máscaras virtuales que los disocia de su persona, un constructo de sí mismos creado para desarrollar su profesión mediante la representación de un personaje fingido, que muta para adaptarse a las exigencias laborales o demandas de los diferentes clientes, convirtiéndose así -consciente o inconscientemente- en actores permanentes del mismo y dotándolos de una vida y características muy concretas.
Con esta serie el artista pretende seguir la línea de investigación plástica iniciada hace 4 años, caracterizada por un estilo ‘aparentemente’ estético -que enmascara un fuerte componente crítico o social-, determinado por el desarrollo de series fotográficas en las que la narratividad y la interconexión de las diferentes escenas es determinante para la comprensión de la historia general.
El tema del cuerpo como objeto de deseo y de negocio se encuentra también en dos de los videos de Erwin Olaf: Rouge y Wet.
Rouge (2005) se centra en cómo hoy hay mucha gente que juega con su sexualidad. Es un relato alucinógeno donde nada es casual. La moda, la publicidad, el teatro y la televisión -referencias habituales en Erwin Olaf- se dejan ahora teñir de rojo. Sangre y sexo. Cuatro modelos con una estética entre lo drag y lo punk, una puesta en escena brutal, un ritmo de cámara frenético, un montaje brillante, comentarios deportivos en directo…; ante nosotros un partido de futbol surreal como metáfora de las relaciones humanas: competitividad, acoso, ambigüedad, violencia…
En Wet (2005) una mujer mayor de alta clase social mira a un joven desnudo en la ducha. Se acerca y aproxima la mano a su boca bajando hasta su órgano viril. En el último instante ella se retiene y se va. Durante este video los ojos de ella no terminan de aclarar la relación que existe entre ambos, y el titulo de la pieza, el ruido del agua, y la cadencia de su respiración, multiplican aún más las posibles lecturas de la obra.