El Canijo de Jerez ofrece una auténtica noche garrapatera en el corazón de Madrid

Final de gira

Tras su separación hace apenas unos meses de ‘Delinqüentes’, Marcos del Ojo, conocido como ‘el Canijo de Jerez’, ha comenzado una nueva etapa con la publicación de su primer disco ‘El nuevo despertar de la farándula cósmica’. Con este trabajo, el artista ha dado una vuelta de tuerca al clásico sonido callejero que convirtió a la banda gaditana en uno de los grupos referencia de la escena musical de nuestro país.

Tras iniciar un largo camino en Cádiz, y pasar por ciudades como Sevilla, Granada, Barcelona, Málaga, Bilbao o Valencia, el final de la gira del Canijo y los fumadores galácticos terminaba el 15 diciembre en la sala BUT de Madrid.

Y el viaje terminó en buen puerto…desde el inicio del concierto, El Canijo demuestra que no es un músico de diseño, prefabricado, y se mueve más que suelto sobre el escenario. Sin llegar a ser el Gran Wyoming (que durante sus conciertos se marca unos demenciales speeches entre tema y tema), el exdelinqüente consigue imprimir un punto vacilón a la presentación de cada canción.

Así va avanzando el concierto. La primera parte es menos flamenca de lo esperado. Los temas nos dejan sentir las nuevas influencias del Canijo. Aparece algo de reggae (‘La gran caravana de sonidos multicolores’), se adivinan ritmos funkys en ‘El azote de los monos’, el espíritu lúdico en ‘Me voy al fútbol’ y un acento verbenero en ‘Don Grisaldo, el chatarrero, el rey del vertedero’….los temas van fluyendo e impregnan a la sala del espíritu irreverente de la música gaditana.

Interludio

Los Fumadores Galácticos (Juanito Makandé -arreglos, co-productor, percusiones y coros-, Pedro Pimentel -arreglos, co-productor y guitarras-, Fernando Lamadrid -bajos- y Fran Cortés -guitarras y coros-.) fueron los encargados de cerrar y abrir dos capítulos bien diferentes del concierto.

En un delicioso interludio, los fumadores galácticos se entregaron al público, y conseguían un efecto recíproco, con un cadencioso tema que nos indica que el jazz y el flamenco son estilos perfectamente compatibles.

In crescendo

Tras un breve episodio de juego de sillas que podría estar firmado por el mismísimo Kusturica, el concierto comienza a crecer en intensidad flamenca. Entre los temas que componen esta segunda parte del espectáculo se nota un mayor sabor a carnaval de Cádiz.

‘No paramos de mover las manos’, ‘Puedes hacerlo mejor’, ‘El son de los traperos’…para cuando suenan los primeros acordes de ‘El aire de la calle’, tema en el que homenajea a ‘Er Migue’, una de las voces más atormentadas de nuestra música y que murió a lo 21 años -la puta heroína se nos lo llevó, como diría la canción-, el público estaba más que entregado al flamenco.

La guinda a la noche la pusieron las colaboraciones de ‘Muchachito Bombo Infierno’, del ‘Langui’ y de ‘Tomasito’ que tras interpretar ‘Piratas del estrecho’, consiguieron transformar el escenario en una verbena en el que la improvisación, los zapateados y la vehemencia del flamenco se combinaron para que el climax final cerrara una auténtica noche garrapatera en Madrid.

Delinqüentes – ‘Los piratas del estrecho’

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