Brittney Griner, estrella del baloncesto femenino, sale del armario
Brittney Yevette Griner, la mujer destinada a marcar una época en el baloncesto femenino, ha salido del armario con un mensaje inspirador. La joven de la Universidad de Baylor no ha querido esperar más y ha decidido dar este paso definitivo a sus 22 años.
El momento y el modo de hacerlo resultan bastante reveladores para conocer la personalidad de esta magnífica jugadora. Griner ha revelado su sexualidad en un momento clave de su carrera; en el paso de la Universidad a la WNBA (Liga profesional de baloncesto femenino de EEUU).
Como mejor jugadora de su promoción, de hecho los números que realiza por partido colocan a Griner como la mejor jugadora universitaria de la historia, la jugadora de la Universidad de Baylor ha sido elegida en el primer puesto del sorteo y en las cruciales entrevistas posteriores a su elección, utilizadas habitualmente para decir simples banalidades, ha salido del armario con tal normalidad que cualquiera diría que había revelado que le gustán los helados de limón.
Revelación
En la entrevista concedida a la revista ‘Sports Illustrated’, Griner se mostraba tranquila y explicaba las cosas con suma normalidad: ”Nunca diría que me he escondido o algo así… Siempre he sido muy clara sobre quién soy yo y mi sexualidad, por lo que no ha sido duro para mí. Si puedo mostrar que he ‘salido del armario’ y que todo marcha bien, espero que las generaciones más jóvenes definitivamente puedan sentir lo mismo”.
La joven ha indicado que no la importa lo que los demás puedan pensar de ella ni de otros atletas homosexuales. ”No te preocupes por lo que otros van a decir, porque siempre van a decir algo, pero, si eres fiel a ti mismo, dejar que brille a través. No ocultar lo que realmente eres”.
En la misma entrvista, Griner también fue preguntada sobre la dificultad de salir del armario siendo una deportista reconocida. En su línea habitual, la baloncestista quiso ser clara y concisa: ”Cuando una sale del armario lo que simplemente hace es ser fiel a una forma de sentir. Quiero trabajar con los niños y fomentar el reconocimiento del problema, sobre todo con la comunidad LGBT.”
Griner es una superestrella y su ejemplo puede ser beneficioso para miles de jovenes. Sin querer lanzar las campanas al vuelo y enviar un mensaje optimistamente ingenuo, hay que decir que está es una victoria parcial, una evidencia de que la aceptación de los deportistas homosexuales va, al menos, en la dirección correcta