Tras estrenar ‘Work Bitch’, dirigido por Ben Mor, un clip en el que Britney Spears se hacía con la autoridad a golpe de látigo mientras lucía una estética noventera plagada de medias de rejilla y bikinis, en esta ocasión la cantante cambia de registro esta vez con un clip mucho más íntimo en el que no faltan indifelidades y remordimientos.
El tema, que al igual que el disco está pasando más desapercibido que la cerveza sin alcohol en una fiesta de Lady GaGa, es una especie de autohomenaje. La Spears saca su versión más delicada para narrarnos una historia de amor roto, de engaños y de pasión, una historia con los tintes épicos que le gustan a la princesa del pop….y de paso, el vídeoclip cuenta con un chulazo ‘made in Britney’.