A las ocho de la tarde se dio el pistoletazo de salida de la tercera edición del festival ‘Black Is Back’ en el que se concentraron algunas de las almas más carismáticas del momento de la música negra nacional e internacional.
Los más ávidos de esta cita arrancaron el fin de semana al ritmo de la música de la banda francesa Setenta, seguida por los jóvenes madrileños Freedonia que, con su estilo inspirado en la década de los sesenta, están revolucionando cada vez más el panorama musical.
Ya metidos en harina, la británica Gizelle Smith, con su limpia y elegante música retro, y la mítica Marta Reeves & The Vandellas fueron los encargados de teñir aún más de negro la noche madrileña y que el público allí reunido consiguiera que todo su cuerpo vibrara al unísono por las notas y acordes del mejor funk, afrobeat y soul.
El sábado noche, plato fuerte de la convocatoria
Acompañados de una noche fresca y estrellada, y tras las actuaciones de los vitorianos The Allnighters y los madrileños Aurora & The Betrayers, cada vez más conocidos y vitoreados mediáticamente, los más melómanos del soul y la música negra alcanzaron el cielo gracias a la fuerte y potente voz de Swamp Dogg y su longeva madre Vera Lee, como su mejor telonera.
Vestido con un chándal y una gorra blanca, como si de un auténtico adolescente se tratara, y mientras vocalizaba el “Hold on“ del estribillo de la mítica ‘I’ve Gotta Get a Message To You’ de los Bee Gees, el setentero Swamp Dogg no dudó en demostrar sus grandes dosis de vitalidad, bajando del escenario y acercándose cálidamente a su público más fiel.
Sólo un par de minutos fuera del escenario fueron suficientes para reafirmar el porqué de la desconocida pero afianzada y exitosa carrera musical de este artista virginiano.
Superada la medianoche, la tierna cercanía de Swamp Dogg dio paso a un enérgico y eufórico Eli ‘Paperboy’ Reed que, enfundado en su habitual traje, se lanzó al escenario para presentar su nuevo disco, consiguiendo meterse al público en el bolsillo en tan sólo unos segundos.
Su peculiar y desgarrada voz y su marcada interpretación de canciones como ‘Nights Like This’ y WooHoo’, de su nuevo álbum, y grandes éxitos como ‘Come And Get It’ convirtieron a Eli y su guitarra en el caramelito de la noche y en el mejor colofón para un fin de semana en el que el soul y la música negra han conseguido hacerse un hueco aún más grande en el corazón de los madrileños y forasteros desplazados expresamente a la Capital para esta cita.