El miedo, normalmente, es una respuesta ante algún riesgo, peligro o amenaza, los cuales pueden ser algo real o no. De hecho, la mayoría de nuestros miedos se deben a hipótesis que nunca llegan a ocurrir.
El miedo nos ayuda a evitar cometer acciones peligrosas o sin sentido, como tirarnos al vacío, pero también nos puede impedir realizar cosas, seguir adelante o llevar la vida que deseamos.
Tener miedo es algo completamente natural, todos lo tenemos, no hay nada malo en tener miedo, es algo que está ahí pero que no debe controlarnos.
Primer paso: Acércate a ellos
Por eso lo más importante para empezar a superar nuestros miedos es “admitir que los tenemos”. Acéptalos como parte de ti, no intentes reprimirlos ni ocultarlos, ya que lo único que estarás haciendo es intensificar el problema. Si quieres, puedes anotar tus miedos en un papel, haciendo esto los haces más reales.
Intenta ser objetivo e investiga sobre tus miedos. ¿Qué es lo que sientes? ¿Cómo lo sientes? Y ¿Cómo reaccionas ante ellos?
Una vez que ya has aceptado e identifica tus miedos, lo siguiente que debemos hacer es atrevernos a dar el primer paso, ¡lánzate a hacer las cosas! Las oportunidades que perdemos por culpa de nuestros miedos son muchas. Seguramente no lo consigas hacer a la primera, ni a la segunda, pero si lo sigues intentando acabarás consiguiendo hacer aquello que te provocaba miedo. No permitas que el miedo te impida avanzar, intenta salir de tu zona de confort, lo fácil es quedarse en lo conocido, pero también te impide avanzar.
Cambia tu forma de pensar, utiliza lenguaje positivo y evita frases con connotación negativa. Aunque al principio no te o creas, habitúate a decir “yo puedo” en lugar de “yo no puedo”.
Vídeo: Motivación: Sal de tu zona de confort
Segundo paso: Véncelos en su propio terreno
No te aísles, comparte tus miedos con otras personas. Muchas veces no lo hacemos por miedo a cómo podrán reaccionar; sin embargo, esto nos puede ayudar a encontrar a otras personas que sienten de la misma manera y podremos aprender juntos, comprender mejor nuestros miedos y de dónde provienen.
No tengas miedo al fracaso, ya que el fracaso consiste en no intentarlo. Pregúntate qué harías si supieras que no puedes fallar.
Y por último, mira dentro de ti e intenta buscar cómo se generaron tus miedos, qué los causó, ¿fue un fracaso anterior? No te enfoques en el futuro, piensa en el ahora, en este momento.