La exposición, compuesta por 27 láminas, refleja la lucha por la libertad sexual en África. Su objetivo, según indican desde Amnistía Internacional, es la de dar a conocer la realidad del colectivo LGTB desde una perspectiva ‘positiva’. De hecho, la exposición trata de reflejar la lucha de activistas y ciudadanos y ciudadanas anónimas por los derechos de la comunidad LGTBI en el continente africano.
Amar no es un delito. Nuestra lucha en África rinde homenaje a Noxolo Nogwaza y Jean-Claude Roger Mbédé, quienes murieron defendiendo que amar no es un delito.
Las historias y testimonios de las fotografías se desarrollan en Kenia, Sudáfrica, Camerún, Zambia y Uganda. En las imágenes se traslada la lucha de los hombres y mujeres contra la homofobia y la transfobia en diversos contextos sociales.
En torno a 38 estados africanos criminalizan las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo en un contexto social caracterizado por la homofobia de Estado y violencia hacia las minorías sexuales.
En aquellos países donde la homosexualidad es legal, como Sudáfrica, los delitos de odio motivados por la orientación sexual e identidad de género no resultan una excepción, comprometiendo seriamente los derechos humanos de las personas LGTBI. En cualquier caso, se trata de una comunidad que no cesa en su empeño por reclamar sus derechos a través de un activismo que no siempre resulta fácil llevar a cabo.