American Horror Story
Un riesgo para el creador y el espectador
El director de series de sobrado y reconocido éxito como ‘Glee’ o ‘Nip/Tuck’ ha querido incursionar en uno de los géneros más agradecidos en la gran pantalla, -aunque, lamentablemente, depreciado en la ‘pequeña’-. Y su resultado no ha podido ser más beneficioso.
‘American Horror Story’ apuesta por una amalgama de tópicos de las películas de miedo, catalizadas a través de una audaz utilización de la cámara y el montaje, que muestra una concepción exhuberantemente enloquecida del la psique y las pulsiones más crudas de la especie humana
Planteamiento
Ben Harmon -Dylan McDermott-, su mujer Vivien -Connie Britton- y Violeta -Taissa Farmiga-, se trasladan de Boston a Los Ángeles como último recurso para salvar la unidad familiar tras atravesar una experiencia traumática.
La vivienda a la que se mudan no puede tener un aspecto más terrorífico, pero lo que en realidad esconde es mucho más espeluznante: Las aberrantes vidas e historias de sus antiguos inquilinos, que han protagonizado truculentos episodios a través de generaciones.
La depresión de Vivien, el evidente desequilibrio de Ben -que por si fuera poco entra en conflicto con la racionalidad de su oficio como psiquiatra- y las necesidades e inseguridades de su hija se entremezclan con un buen número de personajes que, si normalmente empaparían el ambiente de desasosiego, en esta ocasión lo harán de continua y angustiosa demencia.
Lo más gay
1. Desde el minuto uno de la serie se hacen alusiones -tanto positivas, como neutras y menos políticamente correctas- hacia la comunidad gay.
2. Dylan McDermon tiene la particular costumbre de andar desnudo por la casa.
3. Dos de los antiguos moradores de la casa eran una pareja de chicos, interpretados por el recién desarmarizado Zachary Quinto y Teddy Sears.
4. La serie cuenta en su remarcable reparto de secundarios con intérpretes tan gayfriendly como la icónica Jessica Lange o la espléndida Frances Conroy -‘A dos metros bajo tierra’.