Para toda persona transexual el comienzo de su transformación física es un hecho soñado, vital, el inicio de un camino que desembocará en un cuerpo con el que por fin se pueden sentir identificados.
En el vídeo (que no llega a los dos minutos de duración) se condensan tres años de la vida de una joven que se somete a un proceso de hormonación y a una cirugía de feminización facial para conseguir eliminar la angustiante sensación de frustración de verse en el espejo día tras día con un cuerpo que no la pertenece.
La joven se ha encargado de plasmar el proceso con un total de 1000 fotos que las ha convertido en vídeo mediante el metodo de time-lapse, con el que se plasma de manera más evidente el duro camino que tiene que recorrer todo transexual para identificarse consigo mismo.