Hassanal Bolkiah, sultán de Brunéi, conmocionó al mundo al declarar su postura hacia la diversidad sexual y defender su penalización.
Señaló como delito mantener relaciones homosexuales y defendió la lapidación como castigo con tal de “salvaguardar la inviolabilidad del linaje familiar”.
Esto causó gran indignación en el mundo, incluso algunas celebridades se unieron al llamado de George Clooney y Elton John para boicotear el negocio de los hoteles que el sultán posee. El banco más grande de Estados Unidos, JPMorgan Chase, también se sumó al boicot.
Ante esta respuesta, Bolkiah terminó por cambiar de opinión y explicó que la pena de muerte no se impondrá en la implementación de la Orden del Código Penal.
Durante un discurso antes del mes sagrado islámico del Ramadán, dijo:
“Soy consciente de que hay muchas preguntas ypercepciones erróneas respecto de la implementación de la Orden. Sin embargo, creemos que una vez que se hayan aclarado, el mérito de la ley será evidente”.
También mencionó que el objetivo de las leyes es garantizar la paz y armonía del país, además de proteger la moral y decencia del país.
Las nuevas leyes están basadas en la Sharia, la ley islámica; además de la lapidación contra homosexualels, establece la mutilación de la mano o el pie por robo, pena capital por blasfemia, difamar el nombre del profeta Mahoma y la apostasía, y la flagelación por aborto.
Luego del anuncio de la incursión de estos nuevos decretos, el Parlamento Europeo aprobó el 18 de abril una resolución condenando a Brunéi por no respetar derechos fundamentales como el respeto a las minorías, disidencia política o las relaciones entre personas del mismo sexo.
El actual Código Penal contempla la pena de muerte, aunque Brunéi no ha realizado ninguna ejecución desde 1957; la última sentencia data de 2017 por un delito de narcotráfico.