El término deadnaming se da cuando alguien se rehúsa a llamar a una persona transexual o transgénero por el nombre con el que se identifica.
Esto significa no reconocer su cambio de género o sus derechos como persona trans; lamentablemente aun existen muchas personas conservadoras y transfóbicas que demeritan esto o no comprenden lo que signifca.
Para los miembros de la comunidad trans esto afecta gravemente, pues incluso influye en su decisión de continuar luchando o terminar con su vida.
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Un reciente estudio comprobó que cuando las personas trans, de entre 15 y 21 años, pueden usar sus nombres elegidos son 65% menos propensas al suicidio.
Así de simple, tan solo con llamar a alguien por su nombre podrías salvarle la vida.
Dicho estudio se publicó en el Journal of Adolescent Health, en el que rastrearon a 129 jóvenes con motivo del Día de la Visibilidad Transgénero, el 31 de marzo.
De esta forma se reveló que quienes podían usar los nombres acorde a su identidad y eran llamados de esa manera, experimentaban 71% menos síntomas de depresión grave y 34% presentaron menos pensamientos suicidas.
Stephen T. Russell, líder del departamento de Desarrollo Humano y Ciencias Familiares de la Universidad de Austin en Texas, y autor de la investigación, explicó:
“He estado investigando sobre jóvenes LGBT durante casi 20 años, y la verdad es que me sorprendió lo claro que era ese vínculo entre autoestima y el nombre escogido por las personas trans. Luchar con la salud mental es comú para los jóvenes trans, que a menudo son juzgados, abusados y son víctimas de bullying”.
Alrededor de dos tercios de los encuestados confesaron haber sido víctimas bullying o acoso, y cuatro de cada cinco aceptaron haberse autolesionado.