Como era de esperar, el debate sobre la representación del colectivo LGBT en el mundo del arte viene de lejos. Aunque se ha avanzado en los últimos años, la discusión sigue vigente. Resulta comprensible que haya tanta frustración por la falta de avances. Por ejemplo, sigue habiendo una notable falta de protagonistas declaradamente gays en Hollywood.
Todo el mundo está de acuerdo en que la representación es importante, y últimamente ya hemos visto avances significativos en el cine y la televisión. Pero, ¿qué ocurre con los videojuegos? No hay que subestimar la influencia de los videojuegos. Se calcula que hay 3.300 millones de jugadores en todo el mundo, desde jugadores incondicionales de PC hasta jugadores ocasionales que disfrutan de los últimos y mejores juegos de Android en sus dispositivos móviles. Pero no se trata sólo de cifras. La importancia de los videojuegos es una cuestión cultural.
El gaming es cada vez más una forma de contar historias
Juegos como Fallout, The Last of Us, The Witcher y muchos otros demuestran que los juegos son cada vez más un medio para contar historias y que, por tanto, la representación es importante.
Es de justicia reconocer que los intentos de incluir una representación LGBT en los videojuegos han tenido resultados desiguales.
A veces, la inclusión de personajes LGBT es vulgar y cae en estereotipos y clichés. Otras veces, la inclusión de personajes LGBT parece algo forzada, como si fuera una mera formalidad para que los editores pudieran decir: “Hemos añadido un personaje gay“.
Es obvio suponer que muchas de las reglas que se aplican a la televisión y el cine también se aplican a los videojuegos. Sin embargo, existen algunas limitaciones.
La trama de los videojuegos suele centrarse menos en temas como el romance, por lo que la orientación sexual puede ser menos relevante. Sin embargo, puede sorprender a los no jugadores lo mucho que se invierte en el desarrollo de los personajes, especialmente en los juegos de gran presupuesto.
Los primeros intentos de incluir personajes LGBT en los videojuegos fueron a menudo un poco torpes. Sin embargo, puede que te sorprenda saber que la representación tiene una larga historia.
En el videojuego Moonmist aparecía Vivien Pentreath, un personaje femenino en una relación del mismo sexo. El juego salió a la venta en 1986.
Una década después, el personaje de Curtis Craig en Phantasmagoria: A Puzzle of Flesh era abiertamente bisexual, pero también complejo. El juego no es perfecto -tanto en jugabilidad como en la forma de retratar a un personaje no heterosexual-, pero sí fue pionero.
Se ha avanzado mucho recientemente
En pleno siglo XXI, la representación LGBT es cada vez más habitual. The Last of Us Part II, Cyberpunk 2077 y Assassin’s Creed Valhalla incluyen en mayor o menor medida representación LGBT. Se trata de algunas de las mejores series de videojuegos jamás publicadas.
También es positivo ver que ha habido muy pocas críticas a estos juegos por parte de grupos anti-LGBT. La inclusión de LGBT se ha aceptado como algo normal.
Y lo que es más importante, muchos juegos modernos son personalizables y permiten a los jugadores explorar las relaciones LGBT dentro del juego.
Como ya se ha mencionado, a veces se tiene la sensación de que los juegos modernos intentan cumplir ciertos requisitos para dar la impresión de representación. Sin embargo, algunos editores de juegos han ido más allá.
No hace falta decir que aún queda mucho camino por recorrer. Al igual que el cine y la televisión, los videojuegos tienen que retratar la diversidad de los personajes LGBT. Pero a menudo son unidimensionales o caen en estereotipos.
Ser LGBT no es sólo sexo y relaciones románticas, ni una elección de estilo de vida. La representación consiste en reconocer la diversidad del espectro humano.
En este sentido, los videojuegos pueden desempeñar un papel importante. Se ha avanzado mucho en los últimos años, pero aun queda mucho por hacer.