De unos años para acá se han hecho más recurrentes las manifestaciones públicas en contra de los niños, y un bar de Salamanca no se ha quedado atrás al generar polémica por sus políticas antiniños.
El lugar no soportó más las actitudes de los pequeños y decidió poner restricciones en cuanto a las actividades que pueden realizar en el recinto. De acuerdo con los administradores del lugar, fue necesario ponerle solución al problema de tener niños corriendo, llorando y gritando en el lugar.
Fue el Bar Livingstone el que desató la controversia y avivó las conversaciones y debates sobre los derechos de los niños al estar dentro de un sitio público.
Estas son las descabelladas reglas
Entre las nuevas normas para el lugar está: los menores no deben separarse de sus padres, no introducir juguetes al bar, evitar llantos, no se puede caminar a los niños y mucho menos correr.