Roberto Bolle

Es uno de los bailarines clásicos con más tirón de la actualidad. A Roberto Bolle le acompaña un impresionante físico curtido en los mejores escenarios del mundo, y ahora vuelve a la escena pública de la mano del fotógrafo norteamericano Bruce Weber al protagonizar su último libro: An Athlete in Tights.

Conozcamos a Roberto Bolle en todas sus facetas.

En esta sesión fotográfica, Bruce Weber, saca el mejor partido a un cuerpo esculpido por las horas de baile. En el libro se presenta, entre otros, a un Roberto Bolle lleno de fuerza traspasando el objetivo de la cámara y mostrándonos lo mejor de sí.

Roberto Bolle es un treintañero italiano que ha pasado casi toda su vida encima de los escenarios. Su especialidad es la danza clásica que le cautivo cuando aún era un niño. Sus primeras apariciones frente al público fueron en su Italia natal donde conquistó al respetable más exigente.

Sin antecedentes artísticos en la familia, Bolle, con tan sólo doce años, ingresó en la Escuela de Danza del Teatro La Scala de Milán donde comenzó a protagonizar sus primeros papeles.

Roberto Bolle reúne todos los ingredientes para encajar el mundo del ballet clásico. Posee una belleza griega, su rostro se acerca al de un querubín, un cuerpo de atleta y un virtuosismo técnico cada vez más sofisticado.

Éstos y otros ingredientes fueron los que en 1996 le llevaron a protagonizar el clásico Romeo y Julieta en La Scala de Milán. Gracias a este papel se convirtió en el primer bailarín de la compañía.

A partir de ahí, las compañías más prestigiosas siguieron muy de cerca a esta promesa de la danza que con el tiempo se ha consolidado como una de las primeras figuras del baile clásico.

A paseado su arte por ballets tan prestigiosos como el Royal Ballet de Londres, la Ópera de Berlín o el Ballet Nacional de Canadá.

Pocos son los artistas que pueden presumir de que las grandes producciones adaptan sus obras para sus protagonistas, y Bolle es uno de esos privilegiados.

El English National Ballet, dirigido por Derek Deane, creó para él dos producciones: El Lago de los Cisnes y Romeo y Julieta, ambas representadas en el Royal Albert Hall de Londres. En el 2000, la Ópera de Viena produjo para Bolle una coreografía sobre el Ave Verum de Mozart.

En los últimos años, su presencia en las más importantes representaciones se ha convertido en algo casi obligado.

Intervino en la representación conmemorativa del primer decenio de la Ópera de El Cairo, en la que se interpretó la ópera Aída en las pirámides de Giza. Posteriormente bailó en otras representaciones de esta ópera de Verdi en la Arena de Verona.

Roberto Bolle posee una gran fuerza interpretativa y dota a cada uno de sus personajes de la intensidad que requieren. Bolle, es polifacético fuera y dentro de los escenarios. Dentro, por la variedad de temáticas que ha tratado; fuera, por mostrar su lado más humano al colaborar con UNICEF en proyectos humanitarios como Embajador de Buena Voluntad, participando en proyectos de ayuda a la infancia.

Consolidado su prestigio en el viejo continente saltó el Atlántico y en junio de 2007 debutó en el Metropolitan de Nueva York y se convirtió así en la primera figura italiana invitada a bailar en tal escenario.

Así es Roberto Bolle, un dios de los escenarios que nosotros nos hemos encargado de poner sobre el terreno. El cuerpo entre los cuerpos, un bailarín que a sus treinta y cinco años ha dado mucho de qué hablar y aún tiene mucho qué decir y enseñar.