Ángel Pavlovsky saltó a la fama gracias a su alter ego La Pavlovsky: una especie de estrella proletaria que interpretó en varios montajes, con el que además de saltar a las portadas de publicaciones subculturales y generalistas comenzó a ser visto como un icono para la comunidad gay.
Sus espectáculos, en los que interpretaba varios roles masculinos y femeninos, se caracterizan por las participación dinámica y continuada con el público, así como por cultivar un tipo de humor lleno de ironía y con un sentido inigualable del refinamiento formal.