Los hombres de los Goya también triunfan en elegancia

La película ‘No habrá paz para los malvados’ ha sido la indiscutible ganadora de los Premios Goya 2012. Y tanto el director de la misma como sus protagonistas también han destacado en la alfombra roja de la gala por una sobria y comedida distinción en el vestuario.

Los Goya siempre son una pasarela del buen, regular y mal gusto. Os invitamos a repasar con nosotros dónde se encuentran las coordenadas de la moda para los integrantes de la industria del cine español. Si quieres saber más, pincha en la imagen para seguir leyendo…

…Y su eternamente contigua Melanie Griffith acudieron a la Gala de los Goya de los primeros. Es verdad que tanto Antonio -que lucía una pajarita blanca con su esmóquin de Armani- como su esposa, no han sido los mejores vestidos de la ceremonia. No obstante, sí son la típica pareja a la que no se le puede decir nada, pues son incómodamente estupendos.

Habrá opiniones para todos los gustos, pero por mucho que cueste decirlo, tanto el talentoso Daniel Sánchez Arévalo como el guapísimo Rodolfo Sancho nos parecieron de lo más hortera que pasó por la puerta del Palacio de Congresos.

Anuque el terciopelo es una tendencia en ascendente uso -sobre todo en los trajes masculinos- siempre es mucho más importante usar ropa que se adecue a tu estilo y aspecto, cosa que pensamos que Sánchez Arévalo no consiguió. Del traje de Sancho no diremos nada, pues todavía vemos puntitos negros al cerrar los ojos por su culpa.

Esta pareja de actores consigue llamar la atención allá por donde se dejen caer. Tanto el Gucci de Luis Tosar como el cruzado de botonadura escarlata de Morante que lució Etxeandía son dos muy buenas elecciones de vestuario.

Sin embargo, la corbata elegida por el primero y la talla de chaqueta del segundo hicieron deslucir el conjunto de ambos, por el desencuentro de texturas en Luis y la silueta de ‘pecho palomo’ que sugería Asier.

Con Maxi y Carlos vamos a ejemplificar la idea de que ‘no es lo que tengas, sino cómo lo uses’. Carlos, sin ser un gran epítome de belleza canónica, consiguió resultar de lo más apañado al elegir un vestuario ‘en negativo’ muy elegante -tanto que ni nos dimos cuenta de lo que pegaría en la Camorra italiana-.

Por otra parte, Maxi Iglesias -que debería plantearse aprovechar más sus facciones y dar el salto a alguna pasarela- no consiguió para nada el efecto juvenil que quiso comunicar con su camisa desabotonada y su barba poco cuidada. Su resultado parecía demasiado poco atendido.

Dos maneras de captar la atención de todas las miradas, pero bastante diferentes: El actor Alex García hizo una muy buena elección que resaltaba su carácter y aspecto roquero sin perder atractivo y sofisticación.

Sin embargo, Eduardo Noriega no consiguió más que agudizar el sentimiento anacrónico que desgraciadamente tenemos siempre que lo vemos, resultando un pelín pureta-disfrazado-de-moderni.

Son la confirmación de que los pequeños detalles bien administrados aportan mucha más distinción que el uso de la tendencia ‘con calzador’. Raúl Arévalo ha conseguido ser uno de los hombres mejor vestidos de esta ceremonia al aderezar su esmóquin de DSquared2 Classic con camisa plisada, pajarita, pañuelo y un refinado alfiler en su bolsillo.

Paco León, por su parte, recurrió a una pajarita con discretos cuadros blancos para causar un efecto diferenciador del resto. Bueno, también acudió con la ‘joyita’ de su hermana María, que además de ganadora fue una de las mujeres mejor vestidas este año.

Entre los asistentes más veteranos, Lluís Homar y Juan Diego -con quien hemos decidido hacer la vista gorda aunque le hayamos visto rapeando- destacaron por una austera elegancia que les favoreció enormemente.

La naturalidad de la vestimenta de estos actores les contemporaneizó enormemente, y agraciadamente no quedaron como los yayos de la fiesta -que para eso ya hubo otros…-.

Estos dos grandes cineastas saben que, para para no pegar el cantazo, el negro riguroso es siempre un buen aliado durante una ceremonia nocturna.

Lo que no nos acaba de cuadrar es que cómo si a de la Iglesia le sienta tan bien un traje negro, a Almodóvar le puede quedar tan ‘desahogao’, pues se rumorea que la gente que no se dejó tocar el pelo por el director ‘íba a tener muy mala suerte en adelante’.

A estos dos actores les sobra rollo y atractivo por todos lados, por lo que vestiditos tan formales nos pueden hasta sacar los colores -de pantalón-.

Alberto Amman de Armani -menudo tanto te has marcado, guapo- y Quim Gutierrez de Gucci nos han alegrado la vista como los que más -incluyendo la fantasía orgiástica de Maite Zaldívar que llevaba Quim en la mano derecha-.

Para terminar queremos hacer una mención especial al ganador del Goya a los Mejores Efectos Especiales Arturo Balseiro, a quien por bien guapo y vestido nos quedamos con ganas de escuchar en su discurso de agradecimiento -cachis la mar…-.

Y por otra parte a Adrián Lastra, que ha pasado de ser un despeinado pelagrilla juvenil a todo un atractivo hombre ‘vestido de hombre’.