Las bandas punteras del Sonorama

Al igual que otras bandas madrileñas (Buenas noches Rose, Superskunk,…), los chicos de Vetusta Morla tienen muchos más kilómetros recorridos que lo que indican sus dos discos publicados (‘Un día en el mundo’ y ‘Mapas’). Desde que la banda hiciera sus primeros arreglos hasta la publicación de su primer trabajo pasaron diez años en los que el grupo se labró un nombre gracias a sus potentes directos por todo el circuito de la capital (El Sol, Café La Palma, Galileo Galilei, Caracol, Macumba, Clamores, Heineken, La Boca del Lobo, Ritmo & Compás…).

Ahora todo es diferente. La crítica y el público se han rendido a una banda que ha pasado a ser la principal referencia de la música independiente en nuestro país. Herederos del sonido ‘made in Radiohead’ -de hecho se les ha acusado de plagiar alguna canción de los genios británicos- y con un directo más que potente, Vetusta Morla llega al Sonorama con ganas de seguir agrandando su leyenda.

El trío catalán lleva una década siendo una de las caras más visibles del pop alternativo en nuestras fronteras. Tras la publicación de sus dos primeros trabajos, la banda encontró su sonido actual en su tercer disco -‘Fascinado’-, momento en el que pasaron del inglés al castellano para sus letras.

La banda formada por Marc Ros (cantante, guitarra y bajo), Jesús Senra (segundas voces, bajo, sitar, guitarras eléctrica y acústica) y Axel Pi (batería, tablas y bongos) siempre ha llevado consigo el halo de saber disfrutar la noche. Sus letras y sonidos parecen pasados por un baño de psicodelia, así como influencias británicas que se alejan un poco del pop para acercarse a sonidos más glam y rockeros.

El último gran ‘boom’ del panorama ‘indie’ español tiene género, olor e idioma propio. Y es que las mujeres han tomado el altavoz de la música independiente, con un estilo que huele a folk y a pop delicado, interpretado en inglés, y casi siempre, con una voz dulce y una guitarra acústica sobre el hombro.

De entre todas las nuevas voces femeninas destaca la personalidad de Lourdes Hernández. El repertorio musical de la cantante navega entre lo melancólico, lo tierno y lo íntimo. A pesar de tener solo dos discos en el mercado, Russian Red ya tiene un buen puñado de canciones con marchamo de clásicos (‘Cigarettes’, ‘They Don’t Believe’, ‘Nice Thick Feathers’, ‘Just Like a Wall’…), una imagen cuidadísima, un seudónimo sacado de un modelo de barra de labios…y un mundo por conquistar.

Al igual que Russian Red o Lilly Allen, Anni B Sweet se ganó un nombre entre el público y el derecho a grabar su primer disco gracias a myspace. Los temas de la cantante hablan de ilusiones, amores rotos, desencanto y cierto amargor, temas íntimos -al igual que Russian Red-, cercanos, cálidos y de fácil digestión, en los que no hay lugar para la crítica o el descontento social.

La malagueña llega al Sonorama para presentar su segundo trabajo -‘Oh, Monsters!’- publicado en abril de este mismo año y con el que espera seguir creciendo como artista.

En ocasiones el talento consigue derribar las barreras puestas por los convencionalismos sociales o los condicionantes del mercado. Este es el caso de Love of lesbian. Con solo unos meses a sus espaldas, el cuarteto catalán consiguió quedar en segundo puesto de un concurso de la revista ‘Ruta 66’ lo que les permitió grabar por primera vez en un estudio y actuar en la final del concurso que tuvo lugar en la sala Magic de Barcelona.

Tras sus primeros tres discos, el grupo cambia el inglés por el castellano como una señal de autoafirmación. Así, sus cuatro siguientes trabajos han sido en castellano y llegan al Sonorama para presentar su nuevo disco ‘La noche eterna. Los días no vividos’, publicado el 22 de mayo

Este cuarteto, nacido en Portland alrededor de 1993, ha visto pasar a muchos músicos por sus filas. Actualmente, la banda está compuesta por Courtney Taylor-Taylor, Peter Holmström, Brent de Boer y Zia McCabe, que editaron su disco debút en 1995, -‘Dandy’s Rules, OK?’-.

A pesar de haber vivido una fuerte evolución en su sonido, la banda conserva su espíritu primigenio; letras gamberras, música lúdica y de fácil digestión, reefs de guitarra que oscilan entre el rock y el punk, letras incendiarias y unos directos para disfrutarlos con un mini de cerveza en la mano

El dúo formado por René Pérez -Residente- y su hermanastro Eduardo Cabra -Visitante- recoge la mejor esencia de la música callejera; la crítica social. Injustamentes clasificados como reggaeton, Calle 13 se dió a conocer con el hit ‘Querido FBI’ en el que narraba la muerte del machetero Filiberto Ojeda Ríos a manos del FBI y animaba a la lucha armada contra los EEUU…desde luego no se puede estar más alejado del dame más gasolina.

Los primeros cortes de la banda incluyen elementos de jazz, bossa nova y salsa, mientras sus trabajos mas recientes incluyen sonidos cercanos a la cumbia, el tango, o la música electrónica. René deja su impronta en cada track escupiendo letras llenas de sarcasmo, sátira, parodia y metiendose en temas controvertidos desde un punto de vista políticamente incorrecto. La lírica de Residente, amplia y ecléctica, gana en concierto al combinarse con una variedad de instrumentos…uno de los imperdibles para este Sonorama.

La banda formada en Pamplona posee una de las voces más personales del panorama musical en nuestra península. El grupo ha evolucionado desde el punk más gritón encarnado por los Sex Pistols y Johnny Rotten, hasta letras de cariz surrealistas heredadas de Frank Black y los Pixies.

La batería, la guitarra, los teclados y las trompetas, son los protagonistas de un atronador sonido que es capaz de mezclar punk con electrónica con letras demoledoras que hablan de vísceras, sexo, muerte y sueños que además se refrenda una y otra vez con sus cada vez más aclamados directos.

Bajo este nombre tan musical y cachondo se esconde una de las bandas más cañeras del festival. Clasificar a la banda nacida en Noruega es una tarea casi imposible, puesto que el grupo bebe de numerosas fuentes musicales: rock, hip hop, reggae, disco, R&B y música house.

Con dos discos en el mercado, el grupo se está labrando un nombre en el rock europeo gracias a sus potentes directos. Al igual que la Kusturica & The non smoking Orchesta cada concierto de Kakkmaddafakka se convierte en una verbena. Actuaciones repletas de energía, hasta doce músicos en el escenario y arreglos muy diferentes a los que aparecen en los discos, el concierto de los de Bergen en el Sonorama se convierte en una cita obligada.

El Instituto Mexicano del Sonido pertenece a la clásica ración de música electrónica que todo festival que se precie incluye en su cartel. Podrá gustar más o menos, pero lo que no se puede negar es la originalidad del proyecto encabezado por Camilo Lara.

El grupo no es que tenga influencias más o menos directas de otras bandas, sino que se basa en las propias remezclas de grandes éxitos internacionales (de bandas que van desde Placebo a Le Hammond Inferno, pasando por Gecko Turner o Babasónicos). Sus remezclas tienen un acusado sabor funky, cierto olor cultural -han utilizado textos de Juan Rulfo- y un objetivo claro; llenar la pista del baile