Juegos sexogastronómicos

Una de las últimas encuestas sobre sexo revela que la mezcla de sexo y comida es una de las fantasías preferidas por los españoles. Unos deseos que pocas veces se llevan a la práctica, pero que quedan en el imaginario de todos nosotros.

Los sexólogos no sólo aconsejan que no lo reprimamos, sino que nos hacen partícipes de los beneficios de la mezcla de sabores y texturas en el juego del placer. Dulce o salado, fresco o caliente, picante o ácido. Todo sabe mejor cuando el recipiente es tu pareja.

Si quieres descubrir los alimentos más recurridos en materia sexual, no dudes en pinchar sobre la foto.

A pesar de la variedad de gustos y fantasías de todos nosotros, la nata montada ocupa un lugar privilegiado en nuestros pensamientos sexuales.

Su frescura, dulzura y practicidad a la hora de extenderlo por el cuerpo de nuestro compañero lo convierten en el comodín del público.

El placer es doble, ya que el frío de este dulce vertido sobre las zonas erógenas del que actúa de recipiente provoca un disfrute extremo en él, mientras que su envolvente sabor hace lo propio en el más goloso de la pareja.

De la nata al chocolate. Comparte con su predecesor su dulzura, pero gana en intensidad. Tiene sus pros y sus contras, entre ellos el de ser bastante sucio y farragoso. Sin embargo, sus ventajas no son para nada desdeñables.

Puedes utilizarlo en sus diferentes estados y formas, desde el chocolate sólido al líquido. Jugar con varias temperaturas también puede acercaros al éxtasis.

Al margen de su sabor su textura es ideal para realizar un masaje a tu pareja en los preámbulos. Y no te preocupe si se te da mal cocinarlo. Existen preparados exclusivamente para estas prácticas en tiendas especializadas.

Una fresa ácida y salvaje puede ser el contrapunto ideal para un encuentro sexual romántico y delicado.

Su textura y acidez características pueden acentuarse tapando los ojos a tu pareja, de manera que se pueda dejar llevar con más facilidad al paradisíaco mundo de los sentido.

Empieza recorrido por todo su cuerpo antes de llegar a la boca. Haz especial hincapié en el pecho, dónde el roce de sus pepitas con sus pezones le aproximará al clímax, siendo el punto culmen el beso final, en el que el rojo intenso de la fresa se mezcle con el poder carnal de vuestros labios.

Ni que decir tiene que puedes mezclar el fruto de la pasión con otros ingredientes, desde los ya mencionados, como la nata y el chocolate a otros como el yogur o el helado, en los que haremos más hincapié.

Con ellos conseguirás frenar la acidez de los besos de fresa y contrarrestarlos con la dulzura de tus caricias y de otros alimentos que no deben faltar.

Elígelo si, como cantaba Danza Invisible, ‘es el sabor de tu amor’.

Resulta paradójico pero también puedes calentar a tu pareja con hielo. Es insípido y sus beneficios no tienen que ver con el gusto. Los cambios de temperaturas pueden derivar en una simbiosis de molestia y goce muy factible para el orgasmo.

Además, las prácticas con hielo dan mucho juego y te regalarán momentos de complicidad con tu pareja inolvidables. El clásico intercambio de cubitos o el recorrido por sus pezones turgentes nunca falla.

Si quieres combinar la satisfacción del frío con cualquier sabor, la solución es el helado. Dulce, agrio, azucarado o ácido son miles las combinaciones que puedes mezclar en tu paladar y en el de tu pareja.

Como ya te hemos explicado el cambio de temperaturas es muy amigo del placer y existe una práctica que te vendrá bien saber. Consiste en alternar alimentos de diferentes temperaturas mientras practicas sexo oral con tu compañero. Las fluctuaciones térmicas de tu boca no le dejarán indiferente.

Desde los orígenes de nuestra civilización, la fruta ha estado vinculada a la pasión. Todos conocemos la manzana prohibida de Eva o el néctar de Hebe.

Por sus formas, sabores o frescura las más recurrentes son las uvas, muy vinculadas a la sexualidad desde la mitología greco-romana y otras frutas más exóticas y afrodisíacas como el plátano, la piña, la sandía o el kiwi.

No pongas límites a tu recetario sexual. También puedes llevar una dieta sana y saludable jugando con tu pareja.

Los lácteos también están muy presente en nuestro imaginario, quizá por su asociación con la virilidad y con el propio semen. El yogurt se puede utilizar como sustitutivo del helado o de la nata, pero si dispones de los medios necesarios te proponemos un nuevo plan.

Cleopatra se bañaba en leche de burra y tú puedes convertirte en su discipulo. Cierto es que el burro ibérico está en vías de extinción, así que te ofrecemos una alternativa. La primera opción es llenar tu bañera con briks de leche, aunque te puedes dejar mucho dinero en el camino. La segunda, mucho más económica, es meter a tu pareja en la ducha y derramarle una botella de leche sobre su rostro y sobre su pecho para, posteriormente, lamerla de su cuerpo.

Siguiendo con los baños y con las bebidas, llegó el momento de adentrarnos en el campo del alcohol. Aunque conviene no abusar de ellas, las bebidas espirituosas son muy favorables en algunos momentos sexuales.

Para los más tímidos puede servir elemento deshinibidor, mientras que a lo más precoces les puede ayudar a durar más en el acto. Además, existen decenas de cócteles que por su carácter afrodisíaco son capaces de despertar a un muerto. ¡Eso sí! Abusar del alcohol puede también causarte el efecto adverso. Ten cuidado.

El vino y el champán son nuestras propuestas para las veladas más ñoñas.

Otro afrodisíaco muy recurrido por lo poético y por la atmósfera que recrea son las flores. En concreto los pétalos de rosa, con los que se consigue cerrar el círculo de los sentidos, dando prioridad al olfato.

Una fantasía a lo ‘American Beauty’ que está al alcance de unos pocos, pero que se puede adaptar a tu bolsillo con una única rosa que recorra la anatomía de tu compañero. Si quieres sacarle el máximo partido también puedes comer de sus pétalos como en el clásico ‘Como agua para chocolate’.

Nos hemos dejado muchos sabores y alimentos en el tintero como la canela, la harina, la menta o las gominolas y quizá también nos hemos centrado demasiado en la vida en pareja. Sin embargo, existen muchos otros sabores de los que también puedes disfrutar en tu primer encuentro sexual como el mítico sabor a tabaco y la mágica atmósfera del humo de su cigarrillo o del incienso. Además, si lo has hecho bien, luego vendrán las típicas caladas postpolvo.

Si para colmo no sólo lo has hecho bien, sino genial, seguro que recibes una invitación para que te quedes a desayunar. ¿El qué? Descúbrelo en la última foto.

No podíamos acabar sin el mítico desayuno en la cama. Los ingredientes los marcas tú. Fruta, leche, cacao, café, tostadas, zumo… Lo importante es que repongas energías para seguir cumpliendo.

Si no eres muy de mezclar alimentos con sexo, no te preocupes, céntrate en tu partener. No llegues al punto del clásico de Greenaway ‘El cocinero, el ladrón, la mujer y su amante’, en los que se llegaba a cocinar al propio amante, pero quédate con la idea principal. ¡Cómete su cuerpo!