Brett Favre

Sergio P. Sanjuán – 15-1-2009

Si existe alguna leyenda viva del fútbol americano en EE.UU. es la del quaterback Brett Favre. Tras una impecable y nutrida carrera deportiva de casi veinte años en los mejores equipos de la NFL, este atractivo madurete se siente como en casa en el terreno de juego.

Quizá sea esta la razón por la cual se permite deshacerse en cariños hacia sus compañeros de equipo en cuanto puede. Si quieres conocerlo un poco más, pincha en la imagen para seguir leyendo.

Además de por su antológica carrera en el deporte, a Brett Favre se le reconoce por su carisma y personalidad, además de por ser uno de los jugadores de fútbol americano que parece disfrutar más con cada victoria.

A la vista está de qué manera levanta a cualquiera de sus compañeros a la hora de celebrar un touchdown a su favor

Entre las manías que Brett Favre ha ido alimentando a lo largo de su vida deportiva está la de agarrar bien fuerte de cualquier sitio a sus compañeros de equipo para recompensarles por una buena jugada, así como darles cariñosas pero firmes cachetadas en las nalgas, como también podéis ver en el vídeo que os enlazamos debajo

Y como además si por algo se caracteriza la trayectoria de este deportista es por conseguir emocionantes triunfos, la verdad que tiene ocasiones a pares para demostrar a sus compañeros de equipo el cariño que les tiene -y de paso marcarse unas escenitas homoeróticas de lo más morbosas-

Como también es de esperar, tanto buenrollismo y magreo crea gérmen entre los cientos de seguidores de este jugador, con quienes también comparte frecuentemente esos achuchones que -además de sus importantes anotaciones- le han hecho tan popular entre el público.

Y no nos extraña, pues con ese físico nosotros también le pegaríamos nuestros buenos sobeteos sin problema

La mezcla entre potencia física y simpatía le ha hecho ganar tanto seguidores como detractores -está claro que siempre tiene que existir la otra cara del asunto-, pero también le han convertido en un misterioso objeto de deseo para la mayoría de hombres gays y mujeres que siguen la NFL.

Muy deseadas son fotografías como las que véis debajo, donde queda claro que tanto por delante como por detrás, el chico está pero que muy bien

Brett Lorenzo Favre nació en Gulfport -Mississippi- en 1969, por lo que ya bordea la cuarentena conservando -y potenciando- mucho de su atractivo. Es de ascendencia francesa y choctaw -puesto que su abuelo paterno era perteneciente a esta etnia nativa americana- y desde muy pequeño destacó por tener un ‘gran brazo’ para este deporte

La primera persona que se dió cuenta del potencial de Brett fue su padre, Irvin Favre, quien comenzó a entrenarle desde la adolescencia, reparando también en que aunque su hijo tuviera mucha potencia de lanzamiento las becas deportivas suelen dárselas a los que más corren. Por ello fue la faceta que más entrenaron, en vistas a que Brett también pudiera aspirar a un futuro académico

Brett no tardó mucho en destacar entre sus compañeros de equipo, llevándoles a los puestos más altos de la liga universitaria con una facilidad que asustaba -lo que atrajo a muchos ojeadores de los equipos prefesionales-.

Por tales triunfos estuvo becado en la Universidad de Southern Mississippi durante toda su carrera, donde terminaría sus estudios de Enseñanza aplicada a la Eduación Especial

Desde este momento en adelante la carrera deportiva de Brett no hizo más que subir meteóricamente. Desde 1991 ha jugado en los Atlanta Falcons, Green Bay Packers, New York Jets y en los Minnesota Vikings.

Aunque el dato más curioso sobre este aspecto es que Favre es el único jugador de la NFL que ha ganado -jugando con unos u otros- a los treinta y dos equipos de la liga -el jodío-

Además Brett Favre es un rostro bastante conocido en los medios de comunicación estadounidenses. Es de lo más frecuente encontrarse con alguna entrevista suya en televisión o verlo colaborando en algún programa deportivo.

Además, el chico también ha hecho sus pinitos como actor, haciendo un cameo en la famosa película ‘Algo pasa con Mary’.

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