Bears animados

Hemos llegado al final del capítulo de esta animada serie. Te hemos puesto varios ejemplos y esperamos que te hayan servido para terminar de diferenciar el colectivo bear. Probablemente te hayas identificado con alguno de ellos o simplemente hayas recordados alguno de los personajes más emblemáticos de tus años mozos.

Aún te queda mucha vida. Así que si eres de los que piensan que ‘donde hay pelo hay alegría’, está en ti hacer realidad tus fantasías animadas. Tu Balú te espera a la vuelta de la esquina (de un bar, de tu curro o de nuestra página de contactos). Disfruta con él de su particular ley de la selva.

Atienden al nombre de cazadores y su perfil físico está un poco más desdibujado que el del resto. Normalmente barbudos y peludetes, pero sin alcanzar el nivel de masa del resto de osos, acechan a su presa con todas sus armas de seducción. Siguen la estética bear, que puede ir desde las camisas de cuadros al aspecto más desaliñado. Muy variopintos en físico y forma de ser, su nexo de unión es la obsesión por el mundo osuno, con el que comparten características (a diferencia de los admireds) pero sin llegar a serlo.

Como Elmer esperan a que su captura salga de su madriguera para acecharla pero, a diferencia del dibujo de la Warner, a los chasers no les gustan los ‘conejos’. Lo que les mola es la caza mayor, la del oso salvaje. De domarlos, o no, se encargan ellos.

No tienen nada que ver con los osos pero, quizá por la influencia subliminal de la televisión en su infancia, son fanáticos del pelo en pecho y los kilitos de más. Atribuyen el pelo a la hombría y a la virilidad y la barba es su principal fetiche. Constitutivamente son muy variopintos. Fibrados, delgadísimos, musculados o gorditos, eso es ‘peccata minuta’. Lo que les une es su admiración hacia los osos y el carecer parcial o totalmente de vello y cualidades bears.

Moglie y Chistopher Robin, mantenían un rollo muy raro con sus amigos Balú y Winnie y también dudamos en que no acabaran llegando a más cuando esos niños ya estuvieran creciditos. Dos buenos maestros para introducirse en el ambiente bear.

Pueden pertenecer a cualquiera de las tipologías osunas y su característica principal es que siempre van en pack. Buscan amistad o algo más, pero siempre en compañía de su compañero. El invierno es largo y ellos tienen claro que no quieren pasar frío solos. Su pareja puede pertenecer a su rango o no y el amor hacia su media naranja está por encima de todo.

Por ello creemos que los osos amorosos son los que mejor les definen. De todos los colores y tendencias, el cariño y la compañía son sus rasgos principales, aunque no los únicos. En ocasiones no renuncian a la pasión y al morbo que les proporciona conocer a un tercero u a otra pareja. ¿Habrán flirteado estos dos ‘care bears’ con Jackie y Nuca?

Bear, chubby, cub o admired… Son muchas las tipologías osunas y a veces son escasos los matices que diferencian unas categorías de otras. Quizá tu no lo tienes del todo claro, por lo que nosotros te lo ponemos fácil. Sólo tienes que prestar atención a esta galería y remontarte a los personajes animados de tu infancia.

Yogi, Balú o los ositos Gummi son sólo algunos de ellos. ¿Te gustaría descubrir el rol de cada uno? En el caso de que seas un osete, ¿Con cuál te identificas más? O si no lo eres, ¿Crees que estos dibus fomentaron tus gustos osunos?

Si quieres dar respuesta a esta y muchas más dudas, quédate.

Es el jefe del clan, por ser el prototipo standar de la pandilla osuna. Sus rasgos de identificación son la barba, su corpulencia biológica (no ejercitada) y una notable barriga. Los tatus y los piercings son una opción personal. Para aparearse pueden decantarse o no por un macho de la misma especie y por cada uno de los prototipos bears.

Son los que más repercusión han tenido en el dibujo animado y los que, como en la vida misma, han tenido los papeles protagonistas. Sus más conocidos embajadores son Balú y Yogi, pero han evolucionado mucho desde entonces. Nosotros apostamos por el bear clásico como el ‘Hermano Oso’ de disney y os recomendamos que dejéis al lado nuevas subespecies derivadas del ‘Osito Gominolas’.

Los cubs o cachorros son osos en potencia. Sus principales rasgos definitorios son su juventud y su incipiente y peluda barriguita. Lógicamente, la barba no puede faltar, pero su pareja puede pertenecer a otro rango de oso o incluso estar fuera de la guarida.

La televisión y el cine nos han dejado decenas de cachorros animados. Boo Boo, pequeño, peludito y barrigón, es un buen ejemplo. A él molaban más fuertotes y mayorcetes y la tensión sexual no resuelta con Yogi se respiraba en cada capítulo. Cada vez la sociedad es más abierta y quizá sea buen momento de hacer público su amor.

Otros ‘cubs’ coloreados son Winnie de Pooh o los cursis y empalagosos osos amorosos.

Más pesados que los anteriores son los ‘chubbies’. Se caracterizan por su obesidad, que supera en tonelaje a la del resto de osos. Ellos también entran en el clan a pesar de que la mayoría de las veces son lampiños o poseen muy poco bello. Del ‘chubbi’ se dice que es cariñosete y que está especializado en abrazos.

La industria animada les ha dejado un poco de lado, porque parece ser que hoy en día hay que estar delgado hasta para ser un dibujo. Aún así, nosotros hemos encontrado a su icono. Se trata de Kung Fu Panda y es que, a pesar de estar entrados en carnes y ser muy abrazables, los ‘chubbies’ también se saben mover. Posturas y llaves varias para conquistar a todo tipo de gays, aunque normalmente también les gustan voluminosos.

Seguimos ascendiendo en escala, esta vez en edad. Los ‘daddies’ son los abuelos osos, o bears sagrados. Las canas les dan notoriedad y les convierten en objeto de deseo. Poseen más denominaciones como ‘polar bear’ o ‘peli-cano’, ambas en referencia al blanquecino color de su vello.

En este caso hemos recurrido al mundo de la publicidad para buscar su referente. Es el oso de Coca-cola, que protagonizó una de sus campañas más emblemáticas. Maduro, protector y sabio, a pesar de estar en el polo, su perfil no nos deja para nada fríos.

Fuertes pero sin un gramo de grasa esa es la premisa de todo ‘musclebear’. Machacándose en el gimnasio hasta la saciedad alcanzan volúmenes de músculo imposibles. Biceps y pectorales peludos son su marca de diferenciación con respecto a otros chulazos gym. En ocasiones su naturaleza puede impedirles tener mucho vello, pero la filosofía oso se lleva en el interior, a pesar de que algunos dicen que oso se nace y no se hace. La clasificación es ambigua por lo que a veces se duda si considerar a un chico musculado y lampiño de barba poblada como ‘musclebear’. Nosotros no somos quién para decirles que no. Cada uno ouede ser lo que siente que es.

Por eso tampoco decimos a Yogi que nunca llegará a ponerse tan cachas como Balú. Él lo intenta que ya es bastante