Hay ocasiones en las cuales podemos ver ciertos cambios en nuestro aspecto dada nuestra rutina diaria. Si las piernas comienzan a inflamarse y tus pies están cambiando su aspecto, luciendo más anchos de lo normal, es probable que estés reteniendo líquido. Esto es más común de lo que pensamos, aunque no es algo que debamos tratar como normal, ya que puede haber aspectos en nuestra alimentación y rutina diaria que estén generando este efecto en nuestro cuerpo.
No es razón para entrar en pánico, pues existen muchas soluciones para esto, como los diuréticos naturales o la actividad física. En este artículo te compartimos algunos datos interesantes que se relacionan con las causas y soluciones para la retención de líquido.
Causas de la retención de líquidos
Consumo excesivo de sal: Es un hábito que no notamos, pero en algunas ocasiones, sí abusamos de la sal en las comidas. Su consumo, en exceso, puede provocar daños en la presión arterial y la retención de líquido. La sal también genera problemas en el sistema respiratorio, así que, vale la pena bajar las dosis de este elemento.
- No te hidratas lo suficiente: Cuando no nos hidratamos lo suficiente, nuestro cuerpo tiende a retener más líquido ante la posibilidad de no volver a percibir este fluido en tiempo prolongado. Debemos hacer el hábito de hidratarnos constantemente, y más si realizamos una actividad física.
- Problemas hormonales: Si el tema es hormonal, no hay mucho que hacer sin la ayuda de un especialista. Si notas inflamación repentina y ves que el problema no se soluciona con medidas vinculadas a los puntos anteriores, sería conveniente consultarlo con tu médico para averiguar de donde proviene este malestar.
5 consejos para aliviar y evitar la retención de líquidos
Partiendo del hecho de que ya ha sido detectada la razón de la retención de líquido en el organismo, entonces podemos tomar algunas medidas básicas que se resumen a la disminución del sodio, cambios en la dieta y un incremento en la cantidad de agua que consumimos a diario.
- Hidrátate correctamente: Aunque la ingesta de líquidos en general es esencial para nuestra salud, lo más recomendable es consumir agua fresca. Debemos hidratarnos correctamente, y mantener nuestro cuerpo en equilibrio hídrico durante el día. Si quieres variar, puedes combinar el agua con infusiones o caldos, ya que aportan altos niveles de agua al organismo.
- Aléjate del sodio: La sal no es un buen compañero cuando se trata de retención de líquido. Debemos sacar de nuestra dieta los embutidos o quesos curados, por ejemplo. El consumo del sodio en altas cantidades es uno de los factores más comunes en la retención de líquido en el cuerpo.
- Sigue una alimentación balanceada: Es indispensable incluir en la dieta alimentos frescos de origen vegetal. Gracias a la presencia de minerales, se lleva a cabo un proceso de regulación hídrica natural y actúan como diuréticos, ayudándonos a expulsar el líquido de forma más eficiente.
- Evitar el sedentarismo: Un cuerpo en movimiento y activo puede eliminar toxinas a través de la transpiración. Podemos caminar, bailar o correr, lo importante es realizar desplazamientos e involucrar el movimiento corporal para combatir problemas de peso y reducir las probabilidades de retener líquido.
- Diuréticos naturales: Si accedemos a la medicina natural, podemos consumir diuréticos de manera controlada por un especialista. Algunos de los más conocidos son: el jengibre, cola de caballo y el diente de león.
Como has podido comprobar, es sencillo evitar este malestar con pequeños cambios en los hábitos diarios si nos centramos en la ingesta de alimentos y añadimos actividad física. Por lo tanto, puedes comenzar a cambiar ciertas costumbres con la finalidad de sentirte mejor y combatir la retención de líquidos.