Más que ejercitarte, sabemos que cuando vas al gimnasio no puedes evitar echar un ojo a la ropa que usan los demás. Tal vez odies la ropa ajustada que usan ciertos “gymaholics” o eres de los que viste los diseños de moda más ceñidos.
Pero, ¿sabes la verdad que esconden estas prendas que muestran gran parte de tu físico?
Resulta que más allá de ser una tendencia en las salas de ejercicio, usar ropa ajustada es positivo para el entrenamiento.
No solo es por vanidad, también porque esta ropa mejor conocida como “de comprensión” hace de tus sesiones en el gimnasio una experiencia totalmente nueva y te llenará de energía por razones científicamente comprobadas. ¿Te atreves a deshacerte de una vez por todas del chándal?
Beneficios de la ropa de compresión
Acelera la recuperación muscular
Una de las reacciones comunes en tu cuerpo después de una rutina de entrenamiento es la de los “microdesgarres”, que son esos pequeños dolores que experimentas horas o incluso días después de entrenar. Con la ropa de compresión ayudarás a que tus músculos se recuperen del síndrome del “Dolor muscular de aparición tardía”.
Menor fatiga muscular
El efecto de compresión de la ropa sobre los músculos impide que estos se balanceen de un lado a otro al realizar ejercicio. Las prendas evitan que el músculo se desgaste y concentra la potencia en un área específica.
Resistencia a tope
Cuando vistes prendas de compresión en la parte inferior del cuerpo mejora la oxigenación de tu sistema, lo que se traduce a una mejor y mayor resistencia al correr o realizar ejercicios de “cardio”.
Flujo sanguíneo más saludable
Mientras que los pantalones o calcetas de compresión ayudan a mejorar la circulación de la parte baja, las playeras ajustadas favorecen el bombeo de sangre hacia el corazón.