Hace casi 2 mil años la erupción del Vesubio destruyó las ciudades romanas de Pompeya y Herculano. Todo ocurrió tan rápido que los habitantes no tuvieron la oportunidad de huir.
Los gases alcanzaron una altura de 300 kilómetros que rápidamente descendieron y cubrieron las ciudades.
El flujo piroclástico arrojado por el volcán dejó petrificados diferentes cuerpos, entre ellos los de una pareja gay que murieron abrazados.
Los cuerpos de los amantes permanecieron ocultos durante siglos, fue hasta 1738 cuando descubrieron a Herculano y a Pompeya en 1748.
Sus habitantes permanecieron en la misma posición que cuando la lava los cubrió, lo que revela que su muerte fue instantánea.
Durante las excavaciones del arqueólogo Vittorio Spinazzola en la Casa del Criptopórtico, en 1923, descubrieron a un par de personas que quedaron sepultadas mientras se abrazaban.
Uno reposaba sobre su costado derecho y el otro recargaba su cabeza sobre su pecho; durante muchos años se creyó que se trataba de dos mujeres, por ello se les bautizó como ‘los amantes de Pompeya’.
En 2017 le realizaron una tomografía computarizada a la pareja, análisis de ADN de piezas dentales y restos óseos. Fue Massimo Ossana, director de la zona arqueológica de Pompeya, quien realizó los estudios.
Los resultados revelaron que la pareja estaba conformada por dos hombres de entre 18 y 20 años.
Las pruebas de ADN demostraron que no existía un vínculo familiar entre los dos hombres. Por lo que se descartó la opción de que fueran padre e hijo o hermanos.
Pese a la incapacidad de no saber el tipo de relación que mantenían, señalaron que la posición en que murieron hace suponer que eran amantes.