¿Conoces el término Lipstick Lesbian?
Ay sí, tú. Ya sabemos, obvio, que que el mundo entero está plagado de estereotipos y en especial dentro de la comunidad LGBTTTIQ donde todo el mundo es experto en diagnosticar y etiquetar hasta al perro (o gato, si es el caso) y lo último que necesitamos es una etiqueta más que colgar, sin embargo hoy hablaremos sobre esta situación en particular con la que probablemente te puedas identificar.
Lipstick Lesbian (lesbiana pintalabios o lesbiana de Lápiz labial) es una “categoría” dentro del lesbi-universo que se usa para denominar a las chicas que gustan de otras chicas y además les gusta ser súper femeninas.
Es decir, que si eres lesbiana, pero no te gusta andar vestida como camionero o como leñador, con corte de pelo militar y cara de pocos amigos, y en vez de eso adoras usar tacones, faldas, vestidos, kilos de maquillaje y todas esas cositas que se denominan femeninas ¡felicidades! Eres una lipstick lesbian.
El ejemplo perfecto de una lipstick lesbian son las lesbianas hipersexualizadas en la industria comercial y que podemos encontrar en películas, películas porno, comerciales, series y todo tipo de mercadotecnia que involucre parejas lésbicas.
La verdad, que por alguna razón le cuesta al mundo aceptar, es que las cosas son tan sencillas cómo: las preferencias sexuales no tienen absolutamente nada que ver con otros ámbitos de la vida.
Tú sabes a la perfección que no es nada del otro mundo el que te guste maquillarte ya sea por gusto o simple rutina.
No obstante esto es confuso para muchos bugas que viven aún en la edad media y creen que luchamos contra las fuerzas del universo y nuestros impulsos de querer vernos como hombres pues ser femenina y lesbiana es una contradicción biológica para ellos, o algo así.
Aunque también suelen creer que si eres lesbiana y no eres femenina entonces quieres ser hombre… total, nada tiene contento a todos, nunca.
Si a ti te pasa esto es casi seguro que a lo largo de tu vida hayas escuchado más de una vez algo así como “¡pero no pareces lesbiana!” o “eres muy bonita para serlo” (cómo si viviéramos para complacerlos) y a pesar de que les aseguras eso viven atados a la negación… y ni se diga tus papás.
Más de uno se ha llevado el shock de su vida al saber que no eras hetero así como más de una asumió que eras pasiva totalmente.
Tal como todas las etiquetas, ésta va cargada de muchos prejuicios de los que es sumamente difícil deshacerse y te pueden complicar la vida en varios aspectos, como ligar sin que te miren como alguien que quiera experimentar pues aunque muchas crean que es mucho más fácil encontrar pareja porque todas quieren una novia femenina la realidad es que resulta contraproducente.
En conclusión: deberíamos venir integradas con arcoíris todas en lugar de etiquetas, mana.