Recientemente se publicó en español el libro de memorias de Alysia Abbott Fairyland (Península), que ella misma describe como un relato agridulce sobre su infancia y adolescencia, que pasó junto a su padre homosexual en el San Francisco de finales de los años 70, donde estaba a punto de explotar la enfermedad del SIDA que acabaría con una parte de la población.
Abbott, periodista muy reconocida en EEUU, explica que ha necesitado un largo periodo de tiempo para “tomar la suficiente distancia” con la historia para convertirse “en la chica a la que le ocurrió esto”. Y esto es la muerte prematura de su madre en un accidente de tráfico, cuando Alysia era una niña de apenas cuatro años, y los altibajos de su posterior relación con su padre, homosexual que decide escapar junto a su hija a la libertad que se respiraba por entonces en San Francisco, y donde Alysia tuvo una infancia peculiar y excéntrica, pero siempre llena de amor y literatura, con su padre y sus excéntricos amigos, que llamaban a la ciudad californiana Fairyland, o bien, “La Tierra de las Hadas”.
Con lo que no contaban ninguno de los protagonistas era con la llegada del virus del SIDA, por entonces algo desconocido y que era considerado por los sectores más reaccionarios como una ‘plaga homosexual‘. El poeta Steve Abbott contrajo el virus y, desde que tuvo constancia, comenzó a preparar a su hija para una pérdida que supondría entrar en la madurez sin padres.
Steve Abbott fue un poeta muy dinámico que colaboró en numerosas revistas, publicó diversos poemarios y estuvo en contacto con grandes nombres de las letras de la época como Allen Ginsberg y personalidades como Harvey Milk.
Alysia ha reconocido que en la actualidad ninguno de sus libros está en imprenta y, a pesar del interés suscitado a raíz de sus memorias, todavía no ha encontrado editorial adecuada para recuperar estas obras. Pero su labor tanto como padre y escritor fue apagándose poco a poco a raíz de contraer su enfermedad. En cierto sentido, esta obra también recupera las vivencias de una comunidad homosexual que se vio aislada ante un virus que iba arrasando con la ciudad de San Francisco.
Alysia cree que esos ‘años del SIDA‘ han sido “olvidados” durante dos o tres décadas, debido en parte también a una actitud de rechazo a una enfermedad que “parece que afectó solo a ‘otras personas’ o gente transgresora. Pero el SIDA tocó a mucha gente –pudo ser un hermano, un primo, un nieto…– y muchos de los que lo vivieron entonces tuvieron que llevarlo en secreto por el estigma que existía”.
La autora es lectora habitual de memorias y, de hecho, durante la escritura de las suyas también abordó numerosas obras autobiográficas. “A veces quiero leer libros que me muestren cómo tratar algunos asuntos a los que me tengo que enfrentar, tales como escribir sobre la vida de tus padres cuando aún no has nacido”, ha señalado. ‘Just kids‘, de Patti Smith, fue uno de los libros que más le inspiró.
Sofía Coppola compró los derechos para el cine de Fairyland y está trabajando para que sea su siguiente proyecto después de The Beguiled, la cinta que le valió el premio a mejor directora del Festival de Cannes.