A pesar de que todavía queda un largo camino que recorrer para alcanzar la normalización, el colectivo transexual goza de un estátus en Tailandia como en pocos lugares en el mundo.
En el país de la eterna sonrisa, el colectivo transexual está presente en todos los estamentos y –con pequeños matices- liberado de los prejuicios que lastran su presencia en la sociedad occidental. En el colegio, en la universidad, en administraciones públicas… El colectivo trans está tan interconectado con el resto de la sociedad que, hay un dicho que afirma que todo hombre tailandés ha mantenido relaciones sexuales, al menos una vez en la vida, con un katoey.
Y es que la ‘tolerancia’ tailandesa emana de su propia religión: en el ‘Tripaka’, colección de las enseñanzas de Buda en donde se haya el Vinaya, código monástico disciplinario del budismo theravada, se contempla la existencia de cuatro géneros: hombre, mujer, ‘ubhatobyanjanaka’ o hermafrodita, y ‘pandaka’ o travestis y homosexuales.
La iniciativa de Apple Model, una de las agencias de modelos con más historia del país, viene a confirmar la privilegiada posición del colectivo trans en Tailandia. La agencia ha decidido crear una sección trans dentro de su catálogo de modelos que ya cuenta con dieciocho profesionales apuntadas.
La propuesta de la agencia llega en un punto de inflexión para el mundo de la belleza en clave trans.
Un mayor número de modelos transexuales están captando mayor atención mediática (Andreja Pejic, Geena Rocero, Ines Rau) y la transexualidad está dejando de verse como un elemento exótico dentro de la moda para convertirse en una alternativa a la belleza más tradicional.
Siwaporn Hotarapawanond, director de la Apple Model, ha indicado que la agencia tiene tres tipos físicos de modelos trans:
Primero está el modelo transgénero que es todo natural. En segundo lugar, el modelo transexual que se ha operado el pecho. En tercer lugar, el transexual que tuvo una cirugía completa.’
Un ejercicio de visibilidad que nos enseña que todxs tenemos nuestro brillo… y sólo hay que saber apreciarlo.