Al igual que ocurrió en los pasados Campeonatos del Mundo de Atletismo celebrados en Moscú, el desagradable rostro de la censura también se ha dejado ver por el Campeonato de Europa de Balonmano que se está celebrando durante estos días en Polonia.
El capitán de la selección de Suecia, Tobias Karlsson, no podrá lucir un brazalete con los colores de la bandera arcoíris durante la celebración del torneo puesto que la EHF (Federación Europea de Balonmano) no le ha dado permiso argumentando que ‘el brazalete forma parte de la equipación y deben predominar los colores del país al que representa el jugador’.
El jugador, que había entablado conversaciones para que los capitanes de Noruega y Finlandia se sumasen a la protesta, ha ofrecido unas declaraciones en las que muestra su más absoluto desacuerdo por la decisión que se ha tomado desde la federación afirmando que:
Creo que es una verdadera vergüenza. Tenía intención de utilizar el brazalete para manifestar de manera sosegada y tranquila que cada persona tiene el mismo valor.”
El jugador de 34 años afirma que además de sentirse defraudado, le ha sorprendido la decisión que se ha tomado desde la EHF puesto que en los partidos preparatorios para el torneo, entre los que disputo un partido contra la selección española en Irún, pudo llevar el brazalete sin ningún tipo de problemas. Así, ha querido dejar claro que:
Es triste que la EHF elige ese camino y no nos permite expresar nuestros sentimientos acerca de la humanidad y cómo creo que las personas deben ser tratadas. Tengo que decir que estoy sorprendido. Se nos dijo hace pocos días que estaba bien para llevar el brazalete. Capitanes de Noruega y de Islandia han estado en contacto acerca también usar uno así que nos envió unos pocos para ellos.”
De todos modos, el gigantón sueco puede considerarse satisfecho de la promesa que adquirió cuando fue proclamado embajador de los EuroGames y se comprometió a luchar contra la discriminación de las personas por su orientación sexual. A pesar de que no podrá lucir el brazalete ahora su reivindicación se conoce en toda Europa y su repercusión se ha multiplicado.