Desde hace unos años Tel Aviv lidera las encuestas mundiales como mejor destino para el colectivo LGTB. Y no es de extrañar, a la variada oferta cultural, de ocio y playa de la ciudad hay que añadir que posee uno de los ‘Gay Pride’ más potentes del planeta y que tiene una complicidad especial con el colectivo LGTB.
El anuncio del primer monumento a las víctimas homosexuales del nazismo no se podía levantar en otra ciudad de Israel. Y es que los propios israelíes conocen a esta ciudad como ‘La burbuja’ puesto que es la ciudad más abierta, más aislada del conflicto árabe-israelí, más festiva y menos neurótica de todo el territorio.
Como indica Guy Delisle en su cómic ‘Crónicas de Jerusalen’, Tel Aviv es un oasis de empatía dentro de un país que se deja llevar en demasiadas ocasiones por directrices religiosas y el monumento hacia las víctimas LGTB del nazismo viene a reforzar esta idea de cordialidad.
La idea surgió gracias a la colaboración entre el político Eran Lev y el propio alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai. El monumento en cuestión será levantado por el arquitecto Yael Moriah en el parque ‘Mai Park’ y tendrá un coste de unos 30.000 euros.
‘Como una ciudad cosmopolita y centro gay internacional, Tel Aviv ofrecerá un memorial que será universal en su esencia. En lo que a mí respecta, no es un monumento, sino un lugar de tranquilidad que invitará a los visitantes a sentarse, contemplar, reflexionar y estar en soledad’, dijo un Eran Lev que se ha mostrado entusiasmado con el proyecto.
Monumento simbólico
El memorial que se levantará en el centro neurálgico de la ciudad tendrá varios elementos cargados de simbolismo. La ubicación no es nada casual, sino que es un guiño a la comunidad LGTB de Tel Aviv puesto que una de las primeras medidas llevadas a cabo por los nazis fue la de prohibir el acceso a los homosexuales a los parques públicos.
Las formas del memorial también sirven para recordar a un colectivo tan perseguido por el régimen nazi. El centro del monumento se decorará con un triángulo de color rosa (modo en el que los nazis reconocían/discriminaban al colectivo LGTB).
Un banco y una placa, ubicados cerca del monumento, darán a los visitantes informaciones sobre las persecuciones y el exterminio de los gay durante la Shoah y se incluirán los nombres de algunos gays destacados perseguidos por los nazis, como el sexólogo y pionero en activismo LGBT, Magnus Hirschfeld o Gad Beck, último superviviente conocido de los campos de concentración para homosexuales.
Sin entrar a juzgar si el monumento llega tarde, hay que decir que es más que justo y necesario. Hay que recordar que según el estudio llevado a cabo por el profesor Moshe Zimmermann, historiador de la Universidad Hebrea, aproximadamente 50 mil homosexuales fueron condenados bajo el párrafo 175 del código penal nazi que prohibía las relaciones homosexuales entre los hombres, y entre 7 mil y 10 mil fueron asesinados en los campos.