Desde los inicios de la pandemia en los años 80, uno de los mayores problemas sociosanitarios que surgieron dentro de las personas infectadas con VIH fue el de la maternidad / paternidad, ya que el riesgo de transmisión del virus al feto oscilaba entre el 15% y el 20%, esto sin contar el riesgo de transmitir la infección a la pareja afectivo-sexual en el caso de las parejas serodiscordantes.
Gracias a la evolución de los conocimientos médicos, a los fármacos disponibles para el VIH, y a la protocolarización estricta del embarazo, el riesgo de transmisión se ha reducido en menos de un 1%.
Aún con todas estos avances la paternidad / maternidad para personas con VIH sigue siendo un camino de trabas tanto a nivel sanitario como social, sobre todo en el colectivo LGTB, en el que la posibilidad de reproducción natural controlada es bastante improbable.
En estos casos se ha de recurrir la reproducción humana asistida, o la gestación por subrogación (también llamada vientre de alquiler).
¿Qué alternativas de reproducción hay al alcance?
El acceso a la reproducción asistida en la sanidad pública española de las personas con VIH es prácticamente imposible, ya que adolece de grandes problemas para atender las peculiaridades que conlleva tener esta infección, como son:
- Lista de espera de varios años
- Estrictos criterios de inclusión (en muchas Comunidades Autónomas incluida la Comunidad de Madrid, se excluyen a las personas con enfermedades infecto-contagiosas),
- Priorización de las y los pacientes (tampoco tienen acceso las mujeres mayores de 40 años),
- Exitencia de una cartera de prestaciones geográficamente desigual.
Todos estos problemas se minimizan si se acude a la sanidad privada, solo tienes que realizar una búsqueda en Internet para comprobar que muchas clínicas privadas han incluido la reproducción asistida a personas con VIH en su cartera de servicios, incluidas las mujeres que optan por ser madres solas, o parejas femeninas.
¿Cómo funciona?
El objetivo principal de las técnicas de reproducción asistida es reducir el máximo el riesgo de transmisión del virus tanto al miembro no infectado como al feto. Las técnicas más utilizadas son:
- En el caso de hombre con VIH, lavado de semen más inseminación o fecundación invitro
- En el caso de la mujer con VIH, inseminación intrauterina o fecundación in vitro con microinyección espermática, si la mujer quiere ser madre sola o con pareja femenina la microinyección se realiza con esperma de donante.
- En el caso de las parejas compuestas por dos hombres, la situación se complica aún más, ya que se ha de contar con la gestación por subrogación (vientre de alquiler). En España no está legalizada, y en el caso de los hombres con VIH no se realiza salvo en Estados Unidos que parece empieza a aceptar atender a este colectivo, pero que habría que informarse detenidamente. El coste aproximado, sin contar con viajes y estancia asciende aproximadamente a 30.000 euros.