Si pensabas que eso de la cura para la homosexualidad había quedado en el pasado, estás muy equivocado, pues hace unos días comprobamos que en algunas partes del mundo la humanidad sigue teniendo el mismo pensamiento arcaico que siglos pasados.
Para muestra podemos comenzar con Australia y su propaganda homofóbica contra el matrimonio igualitario, India y su falta de atención hospitalaria a las personas transexuales, y Serbia con su rechazo por parte de algunas personas hacia su primer ministra gay.
A estos rincones homofóbicos del mundo se suman Rusia y Brasil con sus ingeniosos métodos para curar a su población homosexual.
En el país de la samba el magistrado Waldemar Cláudio de Carvalho revivió una vieja técnica prohibida conocida como “cura gay” para darle carta blanca a los psicólogos, y que experimenten libremente con sus pacientes gay.
Esta técnica fue prohibida por el Consejo Federal de Psicología de Brasil desde 1999, y hoy está vigente de nuevo. Carvalho dio orden para que el órgano colegiado no impida a los psicólogos “promover estudios o atención profesional, de forma reservada, en relación a la (re) orientación sexual, garantizándoles así, la plena libertad científica sobre la materia, sin cualquier censura o necesidad de licencia previa”.
Por otro lado, el Consejo Federal de Psicología alegó que dicha técnica de reversión sexual “representa una violación de los derechos humanos y no tiene ninguna base científica”.
Para que hagas más coraje te contamos que en Rusia además de los problemas que ya conoces, derivados de la ley anti propaganda LGBT+ promulgada en 2013, aún hay gente que acude a médicos para someterse a alguna de las “curas gays”.
Algunos casos han salido a la luz tras denuncias de que en la república rusa de Chechenia se está realizando una “purga gay”.
Según información de la BBC, el psicoterapeuta Yan Goland, de 80 años, fue uno de los primeros en tratar la homosexualidad en Rusia, desde la ciudad de Nizhny Novgorod, ubicada al oeste del país.
Goland dijo haber curado a 78 homosexuales y 8 transexuales mediante una técnica de tres pasos desarrollada por Nikolai Ivanov. “Cuando alguien acude a mi consulta, le muestro casos similares: los antes y después. El paciente se llena de esperanzas… y entiende que necesita seguir un tratamiento. Este puede durar entre 8 y 18 meses. Aunque, en el caso de los transexuales, se puede extender hasta los 2,5 años. Una vez tuve una paciente particularmente difícil y trabajé con ella durante 8 años”, contó Goland al servicio ruso de la BBC.
El primer paso de la cura gay de Ivanov consiste en “extinguir” la atracción individual a miembros del mismo sexo mediante la hipnoterapia, que puede durar hasta 8 horas. El segundo paso intenta crear atracción hacia el sexo opuesto mediante una técnica que expone (en el caso de los hombres) a las mujeres como un objeto sexual.
“Les digo: ‘Cuando salgas de esta sesión, camina por la calle y echa un vistazo a todas las mujeres jóvenes con las que te cruces. Interésate por sus figuras y elige a la mejor'”, explica el “especialista”.
Finalmente, la tercera etapa consiste en que el paciente tenga relaciones sexuales con gente del sexo opuesto.