¿Quién quiere casarse con mi hijo? o cómo triunfar en 90 minutos

El éxito de lo vulgar

Lo reconocemos estamos totalmente enganchados del nuevo reality de Cuatro. Aunque le hayan llovido miles de críticas por machista, homófobo, chabacano y kitsch este programa nos ha devuelto esa tensión, esa emoción y esa alegría de vivir que sólo provoca un verdadero reality que te encanta.

Para los que quizás hayan estado el último mes de retiro en Tombuctú, la cosa va de cinco solteros que eligen pareja entre una serie de candidatas y candidatos, bajo la estricta vigilancia de sus madres. Nada nuevo, sino fuera por el esperpéntico elenco de personajes que lo forman. ¡No hay desperdicio!

Un gay bonachón con trastorno compulsivo por el orden, un supuesto químico y stripper, rebautizado como ‘quimifucker’, que lo más cerca que ha estado de las fórmulas es la del ‘metemano Mariano’; un Barbie masculino que con 27 años aún lucha por terminar periodismo; un informático de 27 años virgen y sin aspiraciones a dejar de serlo y un cuarentón aburguesado que en sus ratos libres le da a la zarzuela.

¿Quién dijo que ser madre fuera fácil?

Pero sin duda el peso de toda esta parafernalia la llevan ellas, las madres. Esas señoras sobreprotectoras, amantes de la amenaza, que les encanta escandalizarse ante juguetes eróticos y que lejos de ofender, nos seducen con cada salida de tono y comentarios hirientes.

Ante ellas, todo un elenco de lo más variopinto de pretendientas y pretendientes, llenas de tintes y estereotipos, y dispuestas a luchar como lobas en celo, agarrando paquetes o seduciendo con vestidos de los años 90.

Y es que al parecer ninguna madre quiere que su hijo se vaya con cualquier pelandrusca, y mucho menos que sea actriz porno o salga en ‘Interviú’. Ellas quieres una chica ‘top’, de ésas que tienen los pechos grandes, saben cocinar, son una loba en la cama y si son del PP, ya lo más de lo más, vamos la nuera ideal.

Toya, we love you

A dos semanas del final de este sensacional formato, nos declaramos profundos seguidores de Toya. Esa mujer vanidosa, diva del papel couché, recién salida permanentemente de la peluquería, y que encarna en una sola persona, todo lo que no quisiéramos tener cerca, prepotencia, racismo, clasismo y mucha, mucha pijería.

Pues aún así es la sensación del programa. Una madre que exige que su nuera sea católica, de derechas y del Real Madrid, como Dios manda, y que asegura que bailó flamenco con Sadam Hussein y pasó quince días con la Reina de Inglaterra, como ella dice, ‘una persona muy normal’.
Toya no es que sea una mezcla entre Carmen Lomana y la Duquesa de Alba, es que puede decir que pertenece a una clase social superior y quedarse tan ancha. Es más, viaja a Vallecas como si fuera de safari, y no duda en desnudar a las chicas ante un cirujano para evidenciar sus grandes caderas y pechos caídos

Por eso nuestros amigos de Cuatro, no han dudado en meterle como pretendientas para su José Luis, a una bailarina de burlesque, a alguna chica de a pie y a Cristiane, una espectacular brasileña que le pone a 100 y que para horror de su madre, ha sido portada de Interviú, cocinera, que no chef del Bulli, y es negra. Y aunque nuestra querida Toya diga que tiene una amiga que es negra ‘pero negra, negra y lo lleva maravillosamente bien’, sólo hace falta verle la cara de asco cuando la mira, para adivinar que no la quiere en su club VIP.

#Hijostróspidos, la nueva revolución de Twitter

Está claro, los lunes a las 22.00 Twitter es la mejor pareja de Cuatro. Y es que #quienquierecasarseconmihijo se ha convertido en trending topic cada noche en la que se emitió el programa, para suerte de los de Mediaset

El poder de la red social ha sido tal, que hasta se han creado adjetivos propios del programa. Los pequeños churumbeles son los #hijostróspidos, ésos que te pueden salir si te casas con tu prima. Pero atención que en la última emisión ya se ha creado su análogo, las #madrestróspidas. Esas brujas que dominan los tweets y que aspiran a ser las pesadillas de sus nueras, águilas acechantes que impedirán que cualquier guarra le hinque el diente a su hijo… Y a su cuenta bancaria por supuesto.

Así que si eres como yo de los que aman los realities vergonzantes y lo que los intelectuales llaman ‘telebasura’ puede que estés ante uno de tus programas favoritos