Lo sabemos, esto no es noticia nueva. Desde 1983, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) estableció la restricción que impedía a los homosexuales donar sangre como respuesta al pánico desatado por la epidemia el VIH/Sida, pues este grupo demográfico se percibía como uno de los de más alto riesgo de transmisión y en aquél entonces no existían pruebas para detectar la sangre contaminada.
Otra vez: nada de eso es nuevo. Lo que sí sorprende es que después de tanto avance y un conocimiento más profundo del virus que causara pánico en los años ochenta, se siga manteniendo una regla tan obsoleta como lo es el impedimento a que un homosexual done su sangre.
En 2005, la FDA relajó un poco la que en algún momento fuera una medida de control de emergencia, permitiendo que los homosexuales pudieran servir como donadores de sangre… siempre y cuando no hubieran tenido relaciones sexuales en menos de 12 meses.
La restricción ha causado frustración e indignación entre activistas LGBT durante años, quienes una vez mas, ante la lamentable masacre ocurrida en Las Vegas, reanudan el eterno debate sobre la discriminación contra homosexuales que desean poder ayudar a rescatar una vida donando su sangre.
Justo el año pasado, el debate llegó a uno de sus puntos más álgidos tras otra escalofriante matanza, aquella vez en un club gay de Orlando, donde perdieron la vida 49 personas y otras 56 resultaron heridas.
‘Es indignante que nuestra sangre pueda ser derramada pero no donada‘, escribió en aquella ocasión el periodista John Paul Brammer en una columna de opinión en el diario británico The Guardian. ‘A pesar de los hechos y los llamados por parte de expertos en todo el país para levantar el veto, la homofobia y el pánico contra los gay continúan manteniéndolo vigente‘, lamentó el periodista en dicha columna.
Hoy, a un año de la tragedia en Orlando y con una reciente en Las Vegas, sólo queda esperar que estas ridículas medidas caducas sigan impidiendo la buena voluntad de la comunidad homosexual al intentar ayudar a salvar una vida.