Petra Herrera fue una de soldaderas de la Revolución Mexicana que quisieron ir más allá de las tareas designadas para las mujeres y se unieron a las filas de los hombres en esta lucha armada.
Esta revolucionaria se convirtió en Pedro Herrera para formar parte de las tropas del ejército del norte de México comandado por el legendario Francisco Villa. Para lograr esto transformó su aspecto femenino, haciéndolo más viril, además inventó tretas como decir que se afeitaba al amanecer, antes que los demás soldados despertaran.
Pronto destacó por su arrojo en lo que fue su especialidad, la voladura de puentes. Una de sus victorias más importantes fue durante la segunda batalla de Torreón, al norte de México en 1914, en la cual apagó las luces de la ciudad para que todos pudieran entrar. Gracias a ella obtuvieron la victoria, sin embargo Villa nunca le reconoció el mérito.
Tal fue el liderazgo y carisma obtenido por Pedro Herrera que decidió desenmascararse y hacer pública su naturaleza femenina. Pero, a pesar de que los dirigentes revolucionarios la alabaron no aceptadron en concederle ningún rango destacado.
Después de esto la mujer decidió dejar el contingente de Pancho Villa y crear un grupo propio de mujeres que, como ella, querían luchar en el frente. Según fuentes, fueron decenas o miles de ellas.
Tiempo después, las mujeres a su mando fueron disueltas y Petra terminó sus días ejerciendo de espía. No queda muy claro ni cuándo ni dónde murió Petra Herrera, quien parece ser que fue atacada por una banda de bandidos y falleció a causa de las heridas.
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