‘No todo va a ser sexo’: relatos nocturnos que desnudan la naturaleza del (des)amor

Unamuno era un lector insomne y tan compulsivo que aprendió danés para leer sin intermediarios a Kierkegaard e Ibsen. Nosotros (utilizando el plural mayestático como en las editoriales) no hemos tenido que llegar a tanto; simplemente nos hemos dejado llevar por una colección de relatos repletos de una irreverente belleza.

Sin embargo, la mejor manera de definir la manera de acercarnos a ‘No todo va a ser sexo’ sería afirmando que hemos realizado un ejercicio de canibalismo literario. Un viaje en el que hemos masticado procaces metáforas, en el que hemos compartido asiento con insolentes juegos de palabras y en el que hemos tenido tiempo para reír nuestras alegrías y llorar nuestras penas.

”Si Dios existiera, iría a su encuentro tranquilamente y le escupiría en la cara” una de las frases más contundentes de esa genial insolencia literaria que es ‘Trópico de Capricornio’ define con exactitud la relación de este autor con lo políticamente correcto.

Y es que Julio Teruel se encarga de hacer la guerra a lo socialmente aceptado, a esa zona de confort donde nunca ocurre nada. Armado con un ingente arsenal de recursos literarios, Julio tiñe de atrevidos colores esa zona gris donde los segundos se convierten en horas y las horas en un abismo insondable, a través de un buen número de relatos que se encargan de ruborizar a las mentes bienpensantes.

Relatos de amor y canciones desesperadas

Como nadie conoce donde se esconde la verdadera naturaleza del amor, éste termina tomando diferentes maneras. Amor carnal, platónico, bisexual, gay, hetero, que proporciona orgasmos inesperados, que nos hace sudar las sábanas, el que nos hace despertarnos en camas ajenas, el que hace que nos queramos convertir en mejores personas, el que marca más que una cicatriz de pandillero…

Los relatos de Julio, precisos y directos, se convierten en treinta y dos instantáneas de las dichas y desdichas de la vida en pareja. Eso sí, los relatos no tienen ningún filtro de los usados por Instagram para maquillar la vida. Aquí los sentimientos se alejan de cualquier artificialidad para mostrarnos ojos hinchados de tanto llorar y sonrisas imperfectas que buscan un Nirvana imposible.

Nos encontramos con relatos optimistas (‘Ojos que no ven’, ‘Victoria’, ‘Constancia’), ingeniosos como si hubiesen sido diseñados por Raymond Queneau (‘La presa’, ‘Crowfunding’), en clave diversa (‘42,195 kilómetros’, ’61 días de despegue’) o con finales cortazarianos (‘Tortilla y huracanes’).

Otros apuestan por erigirise como el principal alimento del espíritu. Así nos encontramos con otro grupo de relatos que, al igual que los amores que merecen la pena, se alimentan de detalles y quedan abiertos como si estuviesen escritos por Raymond Carver (‘Ida y vuelta’, ), salvajes como un cuadro de Maurice de Vlaminck (‘Luces rojas’) o que, sencillamente, parecen haber destilado toda la tristeza del mundo entre sus líneas (‘Tú sabrás’, ‘Antes te oí llorar’).

32 relatos para definir un estilo

A pesar de su insultante juventud, los relatos de ‘No todo va a ser sexo’ son el fruto de quince años de trabajo. Ahora bien, como en esta vida se puede comprar todo menos el talento y como todo escritor que se precie tiene que llevar una vida disoluta, Julio ha mantenido durante estos tres lustros un blog a su manera, haciendo malabarismos entre el desapego, la pereza y el ingenio.

Los relatos eligen el camino de la concisión. El autor no se dedica a darle demasiadas vueltas al sacacorchos ni a retorcer en exceso el cuello de la botella del lenguaje sino que las historias se desarrollan con extrema fluidez. Julio parece encontrar las palabras por pura inercia, como el que llega al bar y sólo tiene que cruzar la mirada con el camarero para que le sirvan otra ronda.

‘No todo va a ser sexo’ es como una dulce sobredosis de sentimientos. Una colección de relatos que se rebelan ante este cruel laberinto de complicaciones se muestran a bocajarro ante el lector. Relatos que se disfrazan con el traje de la ironía, que saben a sexo salado y a esa extraña melancolía que produce lo efímero de la belleza.

Julio presenta el 22 de diciembre su libro en la Casa Encendida de Madrid, a partir de las 19.000 horas. Un evento en el cual estaremos y del que disfrutaremos al máximo, porque no todo va a ser sexo pero de vez en cuando no está de más alimentar al espíritu.